Déjame abrir al viento las ventanas por si pudiera oír el eco de tu voz tan próxima y lejana, por si pudiera ver tu silueta entre la espesa niebla por si oyera tus pasos acercarse. No importa que empañe los cristales el vaho de tu aliento, los limpiaré mil veces si es preciso. Se apagará mi voz, se obstruirá mi oído, se poblará de hierba mi garganta y todo será caos si no has venido. Manuel Martínez
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