Se encontraron en aquel lugar lleno de luz. Aquel donde la playa los esperaba ansiosa, el cielo estallaba en una gama infinita de azules y el mar hacía olas de risas y espuma.
El olor a galleta no salía de su cocina sino de su dormitorio. Se amaban sin aspavientos y con música. Se amaban con luz natural y a la luz de las velas. Se besaban frente al escaparate de una librería mientras con un ojo descartaban libros y con otro rescataban caricias. Sus manos se precipitaban hacía el abismo más dulce y sus bocas... qué decir de sus bocas.
El tiempo les regaló para siempre la playa, los azules, los besos, las risas, las caricias, el olor y los abismos, aquellos en los que subían al punto más elevado para caer luego sobre la nube más esponjosa y más cálida, la que sus cuerpos entrelazados conformaban.
olores y sensaciones que no se olvida, que tengas una buena tarde!!
ResponderEliminarSobre todo cuando se pueden seguir disfrutando. Gracias por tu incondicional apoyo. Buena noche para ti.
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