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martes, 12 de agosto de 2014

EL ALFARERO

Murmuraban sobre su vida convencidos de que su felicidad era producto de su imaginación. Su cuerpo era como la arcilla y podían adivinarse en él las manos de su alfarero. Su piel exhalaba la humedad de los besos que él le diera.

El recelo les movía a pensar que todo era un engaño que él urdió por interés y ella creyó por conveniencia. En realidad lo que anhelaban era dejar de ser roca pétrea y sentir la caricia del alfarero.

REVELADO

Detrás de aquella minúscula mesa vestida  de crespón amarillo con grandes flores azules, el adivino la esperaba con las cartas en la mano. Aún sin barajarlas miró más allá de su rostro y expuso solemne: no has venido sola, un ser inmaterial te acompaña.
Ella sonrió complacida pues  había sentido muchas  veces la brisa fresca en su piel, esa tan diferente de la que produce el aire atmosférico.

El hombre salió un instante y ella aprovechó para inmortalizar con una fotografía aquel momento. De vuelta a casa la descubrió. Como ella, miraba y sonreía a la cámara.

lunes, 11 de agosto de 2014

SELENITAS

Detrás de la montaña y como un gran sol, asomó un poco su cuerpo que lucía extraordinario, tan luminoso que pareciera que su luz era propia. No sé que hicieron otros pero yo dejé de cenar y esperé a que se mostrara totalmente. Como mirar a los lados no me servía de mucho, me concentré totalmente en ella y ella me devolvió, como si de un espejo se tratara, el rostro de los que amo: Demóstenes, Lunita, Franela, padres, hermanos, amigos y tú mi bello durmiente, danzábais como selenitas celebrando la fiesta de la superluna, luego, y muy a mi pesar, cerré la puerta y dejé que otros buscaran en ella sus sueños.

CONTANDO LOS SEGUNDOS

Nunca quiso un reloj, ni siquiera ahora  que contaba los segundos para amarlo. El tic tac de su corazón era suficiente aunque de sobra sabia que a veces atrasaba, tosía un poco y volvía a funcionar la maquinaria de su cuerpo cansado.

PENSAR

Uno nunca sabe si lo que piensa es genuino, auténtico y original o solo es la prolongación del pensamiento de los demás.
Subí las escaleras y escuché su respiración. Quise ver su rostro y mirar sus ojos para ver qué pensaba. Seguramente solo querría comer, era la hora, sin embargo, en mi cabeza revolotearon miles de pensamientos, unos más coherentes que otros. Luego se hizo el silencio y dejé de pensar porque los pensamientos no hacen ruido pero a veces, rompen la paz.
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martes, 5 de agosto de 2014

MELÓN Y BESOS (HISTORIA DE LA LUNA DE MIEL)

Decidieron no salir, era muy tarde y el camino estaba oscuro. Quizá fuera el mejor día para admirar las Perseidas, sin embargo, el día de San Lorenzo ya había pasado y tanta lágrima no era posible ni siquiera para un santo.
Ella,  sentada frente a él escribía notas en los márgenes de una hoja garabateada. Él, como un pinchadiscos experimentado, probaba una y otra melodía, mirándola luego y esperando su sonrisa aprobatoria.
 A ella le encantaba que él la llamara y le pidiera opinión sobre sus hallazgos musicales. A él le gustaba que ella lo besara incansablemente. Él era su son y ella era su enredadera y como tales bailaban entrelazados sin prestar atención al tiempo, cuando la luna, no pudiendo consentir tanta dulzura sin estar ella presente, salió urgentemente de su casa,  decidiendo de manera impulsiva, mostrarles a esos dos su cara oculta.
Cuando los novios la vieron frente a su ventana se estremecieron de gozo ante tamaño prodigio y desearon que compartiera con ellos la mesa. La luna solo quiso melón y ellos se alimentaron de besos.