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lunes, 27 de octubre de 2014

ENTRETIEMPO

Todas las hojas de los álamos yacían, amarillas e inertes sobre el suelo. Los esqueletos grises expuestos a la intemperie recibían  los tenues rayos de sol, los mismos rayos que el día anterior luchaban por abrirse paso entre las hojas de blanco envés.
El parque parecía distinto, sin embargo, estaba tan concentrada en la conversación que de no haber sido por ese pájaro que vino a dejar un regalo sobre su camiseta de entretiempo, nunca se hubiese dado cuenta...¿o sí?
Recordó entonces lo poco que le gustaba este tiempo de entretiempo, sus pies encerrados después de días y días de correrías por la arena. Su piel presa de la tela y sus ojos cubiertos de esa fina película
que dejan los días de sol incierto.Se levantó de aquel tronco que le había servido de asiento. La conversación había terminado. La tarde también.

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