No es propio de mi y menos aún es propio del estilo de mi blog, pero está todo tan... poco equilibrado. Últimamente he escuchado muchas veces como nos hemos visto inmersos en esta debacle económica, paso a paso, desmenuzado el proceso y es asombroso y repugnante ver como las personas que nos han conducido hasta aquí, siguen levantándose cada mañana más ricas que el día anterior, más ricas y además tranquilas y pisoteando cuanto pueden al que realmente está pagando los platos rotos (entre los que me encuentro)... deseo que la historia de los monos que aprendieron a lavar las patatas dulces en la playa se haga realidad en nosotros para que no sólo sea el centésimo mono el que aprenda de la experiencia.
Sirva hoy este escrito de trampolín a la idea de un compañero (que quizá más de una persona ya la trajinaba en su cabeza) . Votemos, no en blanco, sino en rojo, tarjeta roja a la clase política. Que conste por una vez que el hecho de ir a votar es una expresión de libertad y que cuando se vota en blanco es porque no se quiere nada de lo que hay. Es porque no se quieren hacer eco de esta expresión por lo que... VOTEMOS EN ROJO, con una leyenda escrita:
POR UN SILLÓN/ESCAÑO VACÍO
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