Hay un camino por delante y mucho que hacer para conservar el brillo que se identifica con la ilusión y las inquietudes sanas. Desde esta tribuna de arco iris sé que ningún paso es en vano, éste, menos que ninguno. Desde este escenario compuesto de anaranjados cálidos en el que tan feliz me siento escribo una vez más sobre la plenitud que da el amor en todas sus facetas. La razón puede a veces estar equivocada pero el corazón, víscera o energía qué más da, nunca, por mucho que digan, se equivoca en sus juicios, otra cosa es que el juicio nos venga dado por la sinrazón de lo incomprensible, el misterio, la química de nuevo, que nos acerca arrebatadoramente y a veces, con previo aviso, nos desgasta dejándonos exhaustos, apaleados y con los ojos secos al borde del sendero.
Desde este rincón del espacio diré una frase a lo Escarlata: Juro por Dios (y esto suena fuerte) que jamás volveré a pasar hambre... de caricias (ojalá Dios, así lo desee también).
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