Aquí, en este pueblo que nos acoge. Entre estas paredes que sienten como crece día a día nuestro amor. Entre las páginas de nuestros libros y en los acordes de nuestra música, estamos unidos en el corazón. Quiero ser tu hiedra y que me beses dulcemente. Quiero ser tu mujer y que me inundes en el río de tu amor.
Ven, cobíjate en mi regazo que sopla el viento del norte y promete ser una noche fría. Abrazáme y nunca permitas que el calor del amor nos abandone.
No hay comentarios:
Publicar un comentario