Traduciendo los sentimientos

viernes, 31 de diciembre de 2010

SI...

...muriera hoy, moriría como la más feliz de las criaturas, porque AMO y me AMAN

lunes, 20 de diciembre de 2010

EL SEÑOR DEL RECICLAJE

Lo primero que hay que decir es que Don Agustín no padece el síndrome de Diógenes y que su pasión por acumular y guardar cosas no tiene nada que ver con un trastorno senil ni mucho menos, su interés reside en el aprovechamiento de los objetos de todo tipo dándole una utilidad que no por todas las cabezas pasa.
En su casa es raro que entre un albañil, un pintor o un carpintero ya que él se las ingenia para hacer muchas de las reparaciones, poco a poco y con esmero.
De no haber nacido en 1932, igual no hubiera tenido que trabajar tan pronto y seguramente, seguramente, hubiera sido una figura destacada en el mundo de la ciencia y la técnica, porque él, todas las cuentas las hace más pronto que nadie y lo mismo arregla una batidora que pinta un cuadro.
Cuando éramos pequeños lo esperábamos sentados en el balcón en los meses de verano, con las piernas colgando por fuera de las rejas. Apuntábamos con entusiasmo,día a día , las matrículas de los coches que empezaban a pasar por la calle a partir de las dos menos cuarto. El reto era ver quién era mas rápido apuntando. Repititivamente las matrículas aparecían en nuestra libreta porque cada día eran los mismos coches lo que pasaban. No elegíamos esa hora casualmente, era la hora a la que los trabajadores de la Corchera Extremeña terminaban su jornada de mañana. El divertimento concluía cuando aparecía un Seat 850 color verde aceituna, cuya matrícula estaba compuesta por cuatros, ceros y nueves, hace tanto tiempo ya, que el número aparece emborronado en mi memoria (¿40494?)
Luego mi padre subía las escaleras y al abrir la puerta se llenaba todo de un olor limpio, a jabón Palmolive, que utilizaba para quitarse el hollín que deja el polvo del corcho molido, que ennegrece la piel y las vísceras. En el pasillo, un beso y una gran sonrisa.
Al señor del reciclaje le encanta la naturaleza, sentarse cerca de un río, tirar las cañas y pacientemente esperar perdido en su silencios, silencios que se prolongan eternamente cuando algo, no muy bueno, le está rondando por la cabeza.
Hoy es su cumpleaños, el tercero de seis hermanos, hijo de José y María. De su infancia cuenta cuando iba a recoger el brasero de la maestra y cómo, junto con sus compañeros, se sentaba en cualquier acera para calentarse antes de llevarlo a los pies de la docente, recuerda que a los nueve años empezó a trabajar en el campo y cómo se impresionó cuando una tarde de tormenta una rayo fulminó la vida de la burra y de su hijo que se cobijaba bajo su panza. Cuenta cómo empleó el primer dinero que cobró en comprar un buen trozo de queso viejo y presume de los pantalones que su madre le hacía para salir de aventura los domingos.
Cómo es muy serio para las cosas serias, algunas personas nunca se han esmerado en conocer lo que alberga en su corazón guiándose sólo por la cara externa que a veces muestra pero yo sé porque lo he vivido que es un hombre compasivo y generoso, recuerdo las cosas importantes que ha hecho por las personas en los momentos difíciles y cada día escucho de su voz la frase más altruista que nunca he escuchado en la que se comprometía a trabajar mientras sus manos estuvieran sanas para que nosotros, sus hijos, pudiéramos tener mejor vida que la que le tocó vivir en su juventud. Mi gratitud y mi amor por él me dictan estas palabras.

martes, 14 de diciembre de 2010

ELLA

Tal día como hoy nació ella, hace ya muchos años, cree que tal acontecimiento tuvo lugar por la noche pero si la conocieran, pensarían como yo, que nació una mañana cantarina de sol y frío, la nieve cubriría su pueblo y la ropa que, previo a su nacimiento, su madre habría extendido sobre el suelo.
La conocí joven, sin embargo, todo lo que recuerdo de esa época es porque lo he visto en fotos o porque me lo han contado. El paso del tiempo no ha mermado su repertorio poético y musical aunque dice que ya no silba tanto porque se arrugará la piel que rodea sus labios.
Su cocina desprende un olor, a tomates fritos, tan delicioso que nadie podría pasar por allí sin coger un trozo de pan y desgajándolo, llenar de barcos la fuente colorida de tan suculento manjar. Nunca he visto sus manos templadas aunque sé que ha prodigado un sinfín de caricias firmes a los seres que ama. Dejo pronto la escuela, porque no encontró allí ningún cariño. No le gustan las serpientes, porque todo lo que se arrastra le produce desconfianza y la asusta. Sus ojos se han empequeñecido con el tiempo pero cuando está contenta no hace falta asomarse mucho a ellos para ver la niña que sigue viva en su interior. No lo dice, pero le gustan los abrazos lo que pasa es que creció en un tiempo en que toda demostración de afectividad parecía atrevida y pecaminosa. Se relame ante un buen pastel, da igual si es chocolate, nata, almendras o vainilla; siempre dice que la próxima vez comerá un poco menos, pero si eso ocurriera, no sería un buen síntoma.
Es un hada del silencio porque escucha incansable y es capaz de olvidarse de quién es, antes de olvidar lo que le has contado. Asiente y sonríe y te aconseja: "todas las cosas se ponen solas en su sitio, dice, tú no te preocupes por nada"... omite queriendo la segunda parte de su pensamiento: "ya me preocupo yo por ti".
Aunque la he visto llorar muchas veces ha demostrado su fortaleza sobradamente, su cuerpo es grácil y su agilidad confunde porque no se corresponde con los datos de su carnet de identidad y,a veces, parece que fuera a echar a volar.
Cuando habla de la muerte se muestra serena y promete venir para contarnos que hay después de esta vida, para que no nos sintamos afligidos. Sería estupendo porque a su lado las preocupaciones se minimizan.
Ella es mi MADRE.

lunes, 13 de diciembre de 2010

EL ENCUENTRO CON LAS HADAS

Hubo un tiempo en que extendía las alas cada noche y sobrevolaba las ciudades asomándose a cada ventana, apartando con un soplo cada visillo transparente y observando los rostros de los que las habitaban. Elegía un vestido cada noche, siempre de color claro, salpicado de lunares bordados o de flores en tonos pasteles, dejaba los zapatos junto a su cama y emprendía el viaje.
Ocurrió que un día le gustó tanto la luz cálida de aquella estancia que decidió quedarse allí para siempre. En ningún momento echó de menos sus idas y venidas y hubo quién le preguntó por qué ya no frecuentaba el alfeizar de su ventana, pero ella siempre tenía una respuesta: mis alas me llevaron al Este.
A salvo del frío de la tarde, arropada por áquel que le robara el corazón una noche de diciembre acariciándola con sus palabras, encontró en un viejo libro un poema olvidado:

LA COPA DE LAS HADAS

¿Fue en las islas de las rosas? en el país de los sueños, en donde hay niños risueños y enjambre de mariposas? Quizá. En sus grutas doradas, con sus diademas de oro, allí estaban, como un coro de reinas, todas las hadas. Las que tienen prisioneros a los silfos de la luz, las que andan con un capuz salpicado de luceros. Las que mantos de escarlata lucen con regio donaire, y las que hienden el aire con su varita de plata. ¿Era día o noche? El astro de la niebla sobre el tul, florecía en campo azul como un lirio de alabastro. Su peplo de oro la incierta alba ya había tendido. Era la hora en que en su nido toda alondra se despierta. Temblaba el limpio cristal del rocío de la noche, y estaba entreabierto el broche de la flor primaveral. Y en aquella región que era de la luz y la fortuna, cantaban un himno, a una, ave, aurora y primavera. Las hadas ?aquella tropa brillante?, Delia, que he dicho, por un extraño capricho fabricaron una copa. Rara, bella, sin igual, y tan pura como bella, pues aún no ha bebido en ella ninguna boca mortal. De una azucena gentil hicieron el cáliz leve, que era de polvo de nieve y palidez de marfil. Y la base fue formada con un trémulo suspiro, de reflejos de zafiro y de luz cristalizada. La copa hecha se pensó en qué se pondría en ella (que es el todo, niña bella, de lo que te cuento yo). Una dijo: ¿La ilusión? otra dijo: ¿La belleza? otra dijo: ¿La riqueza? y otra más: ¿El corazón? La Reina Mab, que es discreta, dijo a la espléndida tropa: Que se ponga en esa copa la felicidad completa. Y cuando habló Reina tal, produjo aplausos y asombros. Llevaba sobre sus hombros su soberbio manto real. Dejó caer la divina Reina de acento sonoro, algo como gotas de oro de una flauta cristalina. Ya la Reina Mab habló; cesó su olímpico gesto, y las hadas tanto han puesto que la copa se llenó. Amor, delicia, verdad, dicha, esplendor y riqueza, fe, poderío, belleza... ¡Toda la felicidad!... Y esta copa se guardó pura, sola, inmaculada. ¿Dónde? En una isla ignorada. ¿De dónde? ¡Se me olvidó!... ¿Fue en las islas de las rosas, en el país de los sueños, en donde hay niños risueños y enjambres de mariposas? ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... Esto nada importa aquí, pues por decirte escribía que esta copa, niña mía, la deseo para ti.

Leyó en alto este poema y su amado preguntó ¿echas de menos tus alas?. En absoluto mi amor, que las alas que ahora llevo son más bellas y preciadas y me permiten volar por un sin fin de paisajes, todos bellos y admirables siempre que de tu mano camino. Este poema ha traído el recuerdo de otros tiempos, no hay nostalgia en mis palabras, ha sido un bello reencuentro con mis hermanas las HADAS.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Estaba totalmente cuerda

Cuando llegó se abrazó al cuello de su madre contento, no entendió porque ella le dijo enseguida que no debía llamarla mamá como había hecho siempre, que la llamara por su nombre le dijo y cuando se lo decía hizo un gesto amenazador con la mano y su cara mostró ese mohín de disgusto que conocía desde bien pequeño. Le daba miedo ese gesto así que decidió hacer lo que ella le dijo.
A la hora de comer llegó un hombre a la casa, él nunca había visto antes a ese hombre, sin embargo, besó a su madre repetidas veces y vio como ponía sus manos sobre los pechos de ella.
Luego se dirigió a él diciéndole: tu debes ser Luisito. Él asintió con la cabeza, con los ojos bajos. Su madre nunca le había prodigado a él tanto cariño.
Una noche oyó una discusión acalorada entre los dos y aunque se tapó los oídos, escuchó unas frases en la boca del hombre que se repitieron en su cabeza durante toda la noche: ¿Cuándo se va a ir ese niño? ¿Cuánto tiempo más vamos a tener que aguantarlo aquí? La horas se hicieron eternas y esperó tembloroso e inquieto que su madre viniera a calmar su ansiedad.
Por la mañana estaba rendido y la madre le dijo que podía quedarse en la casa y faltar ese día al colegio, que le prepararía un baño caliente para que se sintiera bien. El chico fue a la bañera contento porque estaría todo el día con su madre.
El psiquiatra que evaluó a la mujer, dos años después, cuando encontraron a Luisito muerto dentro de una maleta, dijo que se encontraba en perfectas condiciones mentales. En su defensa, ella alegó que le agobiaba la presencia del niño porque irrumpía en su vida privada con aquel hombre que desconocía su maternidad.

martes, 30 de noviembre de 2010

El hombre...esa especie siempre insatisfecha

Me levanté y llovía tanto que casi decido quedarme en la cama para todo el día, menos mal que una voz me susurró: hoy es el primer día del resto de tu vida y no lo volverás a repetir.
Lancé una exclamación que no voy a repetir aquí y me levanté de un salto. Realmente me sacudió por dentro esta frase, tanto, que decidí aprovechar muy bien el día y no porque fuera a hacer cosas especiales, aprovechar el día en el sentido más estricto de la palabra. Pensé que para eso debería ponerme mi mejor sonrisa y salir a la calle y mira por donde que los segundos, los minutos y las horas se pusieron de mi parte y todo brilló de una forma especial y seguía lloviendo, la niebla lo cubría todo y el frío arreciaba de una forma extraordinaria, sin embargo, todo brillaba de forma especial.
Por la tarde tuve una conversación con una amiga que no estaba nada animada y pensaba arrojar la toalla en temas de amor. No abriré más la puerta de mi corazón decía y así no tendré que sufrir más.
Lo único que pude responderle fue:
A mi modo de ver tenemos dos opciones
1.- Nos aislamos en un rincon del mundo y de los sentimientos echándonos a morir, y asi no recibimos nunca una negativa y no sufrimos por amor.
2.- Nos lanzamos cuando la situacion lo requiera y podemos gozar y luego, si toca sufrir, al menos antes hemos gozado.
Tal y como tu lo lo pintas te estás inclinando una vez más hacia la primera opción y no creo que eso aliente tu alma.
Creo que siempre te aterrorizas antes de empezar, por miedo a una negativa o a una respuesta desmedida en el sentido nefasto de la expresión... no se, es una percepción que tengo desde hace ya un tiempo... ¡que sepas que todo tenemos miedos!
Por muy bien que nos encontremos en nuestra vida. Si estamos con alguien tenemos miedo de que se acabe, si se acaba, miedo de no encontrar nunca más a nadie, si la encontramos tenemos miedo a que no le gustemos y nos corresponda, si le gustamos y nos corresponde, miedo a que tanta felicidad no sea posible que algo oscuro tiene que haber detrás, si no hay nada detrás, lo buscamos, y de pensarlo una y otra y otra vez acabamos encontrando lo que no había y vuelta a empezar.
Es un rollo pero creo que me darás la razón porque somos un desastre de especie, no se que pintamos en la faz de la tierra porque nuestros mecanismos de supervivencia hacen agua por todas partes y todo el tiempo nos estamos autolesionando en el interior, pobre hipocampo estresado y perdiendo neuronas a toda pastilla, con la mala vida que le damos y luego hay quien pregunta que qué sentido tiene que haya hormigas, o abejas o gusanos, que qué función tienen... ya se te lo digo yo ¿y nosotros, que pintamos nosotros aquí?Vamos a echarle una ojeada al mundo, a ver si la respuesta es satisfactoria.

domingo, 28 de noviembre de 2010

En la plaza de América

¿Os ha pasado alguna vez a vosotros que os encontráis con una persona y cuando lleváis un rato charlando con ella os dais cuenta de que os ha robado la energía? eso me pasó hoy a mí, me levanté optimista y dispuesta a pasar un bonito día, me vestí para la ocasión y salí a la calle sonriente, conduje el coche bajo un sol otoñal y me dirigí a una plaza emblemática de mi ciudad, de esas abiertas donde puedes recoger los rayos de sol de todos los rincones, eso me recuerda que escribí un día un cuento en que un rayo de sol se humanizaba, lo llamé Arnaldo, a ese rayo, luego hubo quien me dijo que la historia era bonita pero que ese nombre... bueno, en fin, que me desvío del tema.
Me bajé del coche, le di sesenta céntimos al aparcacoches de indescriptible nacionalidad y me encaminé hacia la plaza que lucía espléndida bajo el sol. Las hojas de las plantas chorreando aún gotas por el chaparrón insistente que ayer duró todo el día, la cerámica de los bancos encharcadas y las rosas del jardín con el tallo agachado, muchas tronchadas ya por el viento y la lluvia. Me sentía tan plena en ese momento, mirando aquí y allá... duró poco la plenitud porque al mirar hacia un lado entre los jardines había una mujer de larga melena cortando una rosa... la reconocí enseguida y la llamé para no pasar sin saludarla. Se sorprendió de mi presencia allí y enseguida vino a saludarme. Paseamos por el parque porque he de decir que el sol si que me ha dado, de espalda y de frente. No me he dado cuenta de que la conversación se ha convertido en un monólogo hasta que no he visto un reloj digital instalado en una esquina del parque, habían pasado casi dos horas y yo seguía escuchando sus vivencias y su versión de los hechos. Ciertamente que la vida de algunas personas es asombrosamente intrincada y difícil pero cuando me he despedido de ella, me he sentido tan agotada y triste que casi he arrastrado los pies hasta el coche. He vuelto a casa tratando de dilucidar por qué me afectan tanto y tan negativamente este tipo de cosas y en realidad sólo he llegado a la conclusión de que, por mi bien, debería ser menos sensible ante las causas ajenas ¿alguien sabe como se aprende eso? porque yo llevo ya un tiempo en el aprendizaje y la teoría me la se de memoria pero ¿y la práctica?

martes, 23 de noviembre de 2010

MUCHO TIEMPO SIN VENIR

Algunas tardes me he asomado a esta ventana, he tecleado unas cuantas palabras y después por uno u otro motivo he abandonado el sitio sin dejar un rastro.Quizá todas las fuentes de inspiración están tan a mano que prefiero derrochar mi energía y personalizar en ellas, directamente, sin este texto intermediario que normalmente va dirigido a alguien porque es alguien quien lo inspira.Ese es un motivo principal pero también lo es el desgaste que supone día a día intentar inculcar motivación o buenos sentimientos o valores morales o que se yo cuantas cosas piensa una que podría decir a esos ojos quinceañeros que cada día te miran desde el pupitre, mal sentados normalmente, con los pies por el aire queriendo apoyarse en lugares no permitidos según los cánones de las buenas maneras, masticando un chicle que no llega nunca a desgastarse porque cada hora es distinto (la crisis no ha llegado a la industria de las "chuches") con la espalda derramada literalmente por el respaldo de la silla,arqueando su columna en una pose que no constituye un buen hábito postural y que sin embargo, siendo tan incómodo, es el que todos adoptan (debería estar diciendo todo el rato: todos y todas, ellos y ellas, pero ralentiza tanto el lenguaje, la expresividad instantánea que no voy a hacerlo)... desgasta tanto, decía, te deja un vacío interior tan extenso...llevo muchos días pensando en qué debo hacer y hacía donde encaminar mis pasos, me ha dado hoy por entrar en una página de internet en la que puedes sacar una carta del tarot, bueno, no se,si es por distraer un poco el tiempo después de la cena... curioso, muy curioso, transcribo aquí la predicción para mi en esta noche, en este tiempo. EL CARRO El conductor del Carro está sentado en él, con una armadura de oro que le otorga protección, en una postura de meditación y observando y concentrado en el Santo Grial. Es el encargado de medir todas las consecuencias antes de empezar algo, pero una vez que se decide nada lo detiene. Este arcano apunta a una nueva faceta de la vida, de relación, de residencia, de trabajo,un viaje, el cual hay que examinar con mucho cuidado para no tomar decisiones precipitadas, pero una vez realizado esto, no se debe demorar la partida hacia un desarrollo agradable. Todo nuevo comienzo necesita del apoyo de los afectos y como todo cambio va acompañado de agitación y de emoción, deberán evitarse todas las relaciones con falta de amor o descuidadas. Siempre que hay un cambio se deja atrás una rutina y aparecen una gran diversidad de tareas que son emocionantes y enriquecedoras. Este camino pavimentado de oro persigue nuestros más latos ideales, permaneciendo fieles en todo el camino. Se transita buscando la transformación interior. Las fuerzas que impulsan el Carro están representadas por el León, el Toro, el Águila y el Hombre, con sus cabezas intercambiadas pero apoyándose mutuamente. Vigilando la meta, todo lo que suceda en el camino ayudará al progreso. Se volverá más grande y más profunda la confianza en nuestro poder y nuestra verdad interior. ¡VAYA! me he dicho abriendo mucho los ojos, no suelo creer en estas cosas pero la verdad es que esta sucesión de predicciones se parece mucho a lo que hilan mis pensamientos en estos días. Cierto es que estoy en un periodo confuso en el que me digo ¿será mejor no tomar decisiones precipitadas? o por el contrario ¿ debería ser impulsiva y lanzarme sin mirar ni analizar?
Razonadamente, creo que más bien debo hacer lo primero, pero... las sendas del Señor son inescrutables.

sábado, 18 de septiembre de 2010

LA VISITA INESPERADA

Hoy vino a visitarme la urgencia de tenerte y tuve que hacerle un sitio, por cortesía. No la traté más que lo justo, lo que imponen los cánones del decoro
y la educación pero no he querido hablarle de tu, para no familiarizarme con ella.
Me expuso sus argumentos y presté atención a medias intentando traer tu imagen y tu voz a la tarde solemne y gris que la visita inesperada me ha impuesto.
Pasado un tiempo prudencial he comenzado a removerme en mi asiento, para que se de cuenta de que no es una visita grata y así, tal vez no vuelva.
Más serena ya después de su marcha, he querido contarte las sensaciones acumuladas en esos minutos, sin embargo, tú no estabas receptivo a tanta frase elucubratoria, porque en realidad todo es una elucubración de mi cerebro enajenado por los días de no verte.
He intentado cambiar el tono de la conversación para resultarte más amena pero la susceptibilidad y el agotamiento que produce el pensamiento obsesivo, se habían quedado en la salita de espera, como guardianes de la tarde.

LA VISITA ESPERADA

Leyó un día una historia sobre una chica que quería trabajar en una película, leyó también que el tiempo transcurría y que el guión para su película se demoraba tanto que los días iban pasando llevándose parte de su juventud y su belleza. Se vio reflejada en esa chica, no porque quisiera participar en una película, no, sino por el devenir de los días que la arrastraban en una vorágine de sinsentidos y ventoleras y la zarandeaban de la tristeza a la euforia sin apenas darse cuenta. Bueno, sin darse cuenta hasta ese momento en el que leyó la historia, ese día, después de leer esto, cerró el libro y a la vez cerró sus ojos y aunque no quería, algunos de los episodios de su vida pasaron por su mente, episodios pasados y recientes porque recientemente se preguntaba no por el sentido de su vida, ni de dónde venía ni a donde iba, que esas eran preguntas sobre las que ya le hicieron reflexionar en su época de instituto, se preguntaba más bien, si estaría en el lugar adecuado y si sería el momento adecuado, pero no tenía muy claro para qué. Cualquier persona por muy cercana que fuese que quisiera comprender lo que le ocurría se sentiría un poco abrumada por la complejidad de la situación y es que ese órgano con circunvoluciones es tan enrevesado a veces y hace tantas cábalas insensatas e inútiles que acaba por volver loco al más cuerdo. Después de reflexionar sobre el hecho y de no llegar a ninguna conclusión como era obvio, abrió los ojos y soltó el libro sobre la mesilla de noche, se levantó de la cama, se dirigió a la cocina y se puso el delantal para empezar a guisar coquinas. La casa estaba en silencio, solo estaba ella y solo se escuchaba la radio y de vez en cuando el sonido del agua de lluvia impactando contra el cristal de la ventana, entonces, no pensó en su vida actual si no que se transportó al tiempo en que vivía en un pequeño edificio , de minúsculas casas donde Vivian seis vecinos, la mujer del primero vendía huevos y chucherías y se le vinieron a la cabeza aquellas tardes anochecidas en las que iba a comprar algo y al entrar la luz amarillenta y la voz del locutor de radio gobernaban la casa. Era un ambiente triste para ella que era una niña, sin embargo, ahí estaba como la señora María con su luz, no amarilla que la modernidad le había proporcionado bombillas de bajo consumo, y la radio sonando, y no era triste en absoluto, al contrario, le parecía un lujo poder estar escuchando esos programas que igual le sacaban una sonrisa que le tocaban las fibras con las distintas historias y las melodías reinantes, ya fueran de la época o aquellas que nunca pasaban de moda. La música, los textos y allí estaba aquella chica que quería ser la protagonista de una película, la imagino mientras le quitaba las telas a las cebollas y pelaba los dientes de ajo, no fue difícil porque el libro la describía en las primeras páginas: Tenía la tez morena, el pelo ondulado aunque se empeñaba en ponérselo liso, nunca había conocido a nadie que estuviera conforme con su pelo, su cuerpo escultural, hombros bien alineados, pechos rotundos y unas caderas redondeadas que daban paso a unas largas piernas bien torneadas. Sin embargo, allí estaba, parada en su juventud, dependiente de un marido y unos padres, privada de libertad por las creencias y las costumbres de su país, privada de lo esencial, esperando que alguien llamara a su puerta para ofrecerle la película de su vida… Las cebollas estaban ya pochaditas y el timbre sonó en su casa, no supo si abrir o no, estando sola, no se fiaba ya de nadie, tanta noticia truculenta, tanta estafa, tanto abuso, tanto robo… miro por la mirilla y allí había un hombre encorbatado, sería un vendedor claro, pero bueno, le dio pena y al fin y al cabo, su vecina estaba pintando la casa y todo el rato entraban y salían trabajadores. –Buenas tardes. –Buenas tardes, ¿qué desea? –Mire estamos haciendo una encuesta sobre unas galletas y me gustaría hacerle unas preguntas. –Bien, pero no tengo mucho tiempo para atenderle, espero que sea breve. Cuando se dio cuenta habían pasado ya tres cuartos de hora por lo menos y allí se encontraba diseñando el nuevo envase de las galletas ya que entre las preguntas constaban algunas de marketing sobre el nueva imagen de la marca. Luego le preguntó su nombre, porque había que confirmar la entrevista. El hombre parecía animado y la verdad es que a ella se le habían olvidado las preguntas existencialistas y casi casi se le quema el guiso de coquinas. Dijo él que olía muy bien y ella sin pensar dijo que podía quedarse a cenar si quería, él la miró entre complacido y asombrado y ella sonrió nerviosa tratando de hacerle creer que todo era una broma. Se despidió cordialmente y le dio las gracias, no supo por qué pero le dio las gracias. Luego comprendió que le había dado las gracias porque la había sacado de la tristeza que empezaba a ganarle el terreno aquella tarde. A las nueve y media volvió a sonar el timbre y se sobresaltó, no por nada especial, simplemente porque se acababa de duchar y se disponía a servirse la cena inmersa en sus pensamientos. La radio había dejado ya su espacio al televisor y se escuchaban las risas y las voces de un programa cualquiera de los clasificados como basura, que seguro superaban por si solos los veinticinco decibelios permitidos en la noche. Cuando miró por la mirilla no sabía qué hacer, sus movimientos eran rápidos y parecían desesperados. Allí estaba el hombre enchaquetado arreglándose la corbata. Fue a su cuarto y se puso un jersey encima del pijama y luego abrió. –Me gustan mucho las coquinas –dijo él– éstas olían de muerte. Puso otro cubierto en la mesa y cambió el canal de la televisión a la vez que bajaba el volumen. Curiosamente, charlaron, mucho primero sobre las galletas y su nuevo envase, luego sobre la chica del libro y sus deseos no satisfechos, posteriormente sobre como eso que le ocurría a ella es lo que nos suele pasar a todos, lo que esperamos y lo que obtenemos y cuando terminaron de cenar, era tan tarde que él sintió vergüenza porque ella abrió la boca, no por aburrimiento si no porque se levantaba muy temprano para ir al almacén de frutas en el que trabajaba. Eso también había sido motivo de conversación porque en su cocina había un frutero abundante y colorido y también porque él era una persona de campo y estaba acostumbrado al trabajo duro, había venido a la ciudad porque no quería seguir los pasos de su padre pero no le estaba siendo nada fácil, de hecho llevaba tantos años recorriendo las calles que él pensaba que su voz y su discurso parecerían repetidos y mecánicos, ella le alentó diciéndole que tenía muy buena dicción y que a ella le había contagiado su entusiasmo en el rato en que estuvieron juntos en la tarde. Mientras esperaban al ascensor, él le dijo su nombre.

viernes, 23 de julio de 2010

LOS REGALOS DE LA VIDA

Una silla de madera, con asiento de color azul me ha tenido secuestrada durante casi nueve meses, un periodo de gestación humana en toda regla. He desarrollado junto a ella el síndrome de Estocolmo, porque después de todo, nos hemos soportado mutuamente, hemos escuchado la misma música, hemos visto pasar la tarde por la ventana y contemplado la luna y sus ausencias e incluso hemos soñado, yo más que ella, con emprender el vuelo bajo las estrellas.
Ahora que la miro con cierta distancia, me doy cuenta de que aún siendo un objeto inanimado ha distinguido a la perfección los días en los que no soportaba estar ahí y me quedaba por obligación, de aquellos otros en que, apaciguada, gozaba de la lectura y sentía el placer de ahondar en el conocimiento de las Ciencias.
Hoy, recuperada por fin la libertad, disfruto de los paseos y de tantas personas a las que quiero, ese es el mejor premio a mi libertad porque nunca podría disfrutarla plenamente si no tuviera con quien compartirla. Gracias amigos por los hermosos regalos:
Las palabras de ánimo en la distancia.
Los ojos chispeantes del entusiasmo.
El abrazo cálido y sincero.
La sonrisa abierta y sin reservas.
Las confidencias en la intimidad de las horas.
Los mensajes sinceros de ida y vuelta.

miércoles, 9 de junio de 2010

Las profecías y los cuentos

ME preguntaba hoy si habrá alguna profecía, ya que tan de moda están, que defina la situación económica-política-social en la que nos encontramos. De haberla, seguro que no se acerca ni de lejos a la broma de mal gusto de la que estamos siendo víctimas, un complot entre ricos, políticos y sindicatos que se reparten la tarta que con paciencia el pueblo amasó y cocinó. Esto que ocurre hoy en el País me recuerda pero con el final al revés al cuento de la gallina Marcelina y el grano de trigo. ¿Lo sabéis? Voy a contaroslo pero antes tengo que explicaros a quién representa cada personaje: La gallina Marcelina en el papel estelar de: la clase trabajadora de esta sociedad que somos la mayoría y que tenemos que hacer más o menos esfuerzos para con nuestros sueldos, vivir y pagar todos los impuestos a los que estamos sometidos día tras día ( gasolina, iva, circulacion, vivienda y un largo etcetéra)
El pato en el papel de: el rico que vive como tal, encerándose las plumas para estar radiante y para poder huir del agua en caso de chaparrón, el rico, el potentado influyente, que manipula e interviene en las decisiones importantes a todos los niveles.
El gato representa a los sindicatos, ladino y desconfiado, que no se casa con nadie pero que ronronea gustoso ante una buena caricia o una buena tajada.
El perro no por fiel sino por vago, va a representar en nuestro cuento a la clase política que espera a estar en el gobierno para pegarse la buena vida y ladrar a todo aquel que ose tocar sus propiedades recién adquiridas. Bien pues aqui está el cuentecillo: Un día la gallinita roja, escarbando en la tierra de la granja, encontró un grano de trigo. Pensó que si lo sembraba crecería y después podría hacer pan para ella y todos sus amigos. -¿Quién me ayudará a sembrar el trigo? les preguntó.
-yo no dijo el pato.
-yo no, dijo el gato.
-yo no dijo el perro.
- Muy bien pues los sembraré yo, dijo la gallinita. Y así, Marcelina sembró sola su grano de trigo con mucho cuidado. Abrió un agujerito en la tierra y lo tapó. Pasó algún tiempo y al cabo el trigo creció y maduró, convirtiéndose en una bonita planta. -¿Quién me ayudará a segar el trigo? preguntó la gallinita roja.
-Yo no, dijo el pato.
-Yo no, dijo el gato.
-Yo no, dijo el perro.
-Muy bien, si no me queréis ayudar, lo segaré yo, exclamó Marcelina. Y la gallina, con mucho esfuerzo, segó ella sola el trigo. Tuvo que cortar con su piquito uno a uno todos los tallos. Cuando acabó, habló muy cansada a sus compañeros: -¿Quién me ayudará a trillar el trigo?
-Yo no, dijo el pato.
-Yo no, dijo el gato.
-Yo no, dijo el perro. -Muy bien, lo trillaré yo, dijo Marcelina.
Estaba muy enfadada con los otros animales, así que se puso ella sola a trillarlo. Lo trituró con paciencia hasta que consiguió separar el grano de la paja. Cuando acabó, volvió a preguntar: -¿Quién me ayudará a llevar el trigo al molino para convertirlo en harina?
-Yo no, dijo el pato.
-Yo no, dijo el gato.
-Yo no, dijo el perro.
-Muy bien, lo llevaré y lo amasaré yo, contestó Marcelina. Y con la harina hizo una hermosa y jugosa barra de pan. Cuando la tuvo terminada, muy tranquilamente preguntó: - Y ahora, ¿quién comerá la barra de pan? volvió a preguntar la gallinita roja. -¡Yo, yo! dijo el gato.
-¡Yo, yo! dijo el pato.
-¡Yo, yo! dijo el perro.
-¡Yo, yo! dijo el gato.
¡Pues NO os la comeréis ninguno de vosotros!
contestó Marcelina. Me la comeré yo, con todos mis hijos. Y así lo hizo. Llamó a sus pollitos y la compartió con ellos.
Lo más triste de nuestra historia real, como os decía antes, es que el final está cambiado con respecto a este ilustrativo cuento así que siguiendo con nuestro pequeño teatrito, ocurrió que después de que Marcelina hubiera hecho el pan, pudo ver con una expresión de asombro y con lágrimas en sus ojos, que ellos abusando de su fuerza y su poder, se llevaron todo el pan y dejaron a Marcelina y a sus hijos con la boca abierta. Cuando en la tarde se lo contó a los amigos, trabajadores como ella, con los que compartía algunos ratos, estos le dijeron que era necesario tomar una determinación porque cada día que pasaba las decisiones por parte del perro, el pato y en las sombras el gato, estaban perjudicando de una forma más notable a los habitantes. Hablaron durante largo rato, sobre lo mal que estaba todo y sobre las medidas que podían tomar al respecto. De pronto alguien miró el reloj y dijo en voz alta : el partido de fútbol está a punto de empezar. Como por arte de magia, la calle se quedó vacía y las luces de las casas se encendieron todas a la vez, como si de una iluminación de feria se tratara. El Pato, el Gato y el Perro, también veían el partido, pero en directo, en el campo.Ni siquiera se comieron el pan que había preparado la gallinita, para ellos eso era una insignificancia.

lunes, 31 de mayo de 2010

Un amigo, un poema

Hoy un poema de mi entrañable amigo Manuel, de Asturias.

EL ATRACO

Me han atracado justo en la cocina

sin navaja, revólver, ni armamento

tan sólo con un simple documento,

legalmente expedido en la oficina.

Inspección del butano y de rutina

el inspector revisa muy atento

me coloca una goma en un momento

y la labor, concluye y se termina.

Rellena unos papeles muy legales,

esperas que te entregue la factura,

que supones minucia de dos reales,

pero el ¡tío! con mucha cara dura,

por la goma y minutos laborales,

te deja la cartera en sepultura.

He blindado mi puerta con acero

en vista del aumento de ladrones,

que pululan por todos los rincones,

para dejarte limpio y sin dinero.

Cerraduras me ha puesto el cerrajero,

dobles bisagras, verjas y listones,

una alarma que suena de cojones,

un bunker es mi casa, no exagero.

Más a pesar de todo este tinglado

tan amplio, tan seguro y efectivo,

no he conseguido verme liberado

de un caco con carnet de ejecutivo,

inspector de butano, acreditado,

para el que no encontré dispositivo.

domingo, 23 de mayo de 2010

Un inciso en el silencio

Estas semanas pasadas he tenido la garganta dolorida, los dedos atrofiados y la mente en otra parte. Razones de peso para estar callada. Hoy hago un inciso en el silencio y reivindico: A esos "romeros": Por Dios, cuidad de vuestros caballos, que os llevan hasta el sitio deseado y una vez allí, si te he visto no me acuerdo, o si apuro un poco, ya en el camino no debéis hacerle mucho caso ya que algunos mueren por cólicos intestinales,deshidratados o por agotamiento físico. ¿Cuánto vale la vida de un caballo? pues parece que no mucho cuando ni siquiera les mueve,a estas personas,el interés económico y los dejan morir de esa forma tan cruel. Es bastante dificil acabar con la idea previa de que los seres humanos no pertenecemos al Reino Animal, porque claro, es mucho más fácil pensar y creer que somos superiores a cualquier otro ser vivo del planeta, pero si echamos un ojo al lado, que tampoco hay que mirar muy para atrás que digamos, ahí estamos, más animales que cualquiera de los que podemos encontrar alrededor. Abusos sexuales, crímenes,robos con violencia, agresiones físicas y verbales de género o sin género,envidias y sobre todo la prepotencia de los que dominan el mundo. ¿Dominamos el mundo o más bien nos servimos del mundo para cuidarlo tan mal como a esa veintena o treintena de caballos que mueren todos los años en la "humana" fiesta Rociera? Andando los mandaba yo, sin cerveza fresca y sin aire acondicionado en sus preparadas caravanas a ver que tal les iba a los seres humanos, quizá así se volviesen un poco animales y sus acciones serían más coherentes.

domingo, 2 de mayo de 2010

miércoles, 28 de abril de 2010

EL TANGO Y YO

En estas tardes de silencio y letras no podía faltar la música y mira por donde que encontré unos podcast en el que escuchar tangos. Siempre me gustó la música que subyacía bajo las letras atormentadas del tango pero últimamente, la letra subyace y es la música la que ocupa el lugar donde a veces paciente, a veces impaciente paso las hojas del manoseado tema grapado en su esquina izquierda. No puedo decir que ocupa todo la casa, ni siquiera toda la habitación ya que conectada a los auriculares, privatizo el sonido y yo solo yo disfruto de las melodías,melancólicas, arrebatadoras, pasionales. He probado a poner otras cosas y a veces escucho temas inéditos que suenan tan bien que apunto los nombres de los intérpretes para luego hacerme de algunas de sus melodías, pero al final siempre acabo en el mismo sitio, en el Arrabal argentino, aunque el presentador tenga un apellido griego o la interprete sea cubana. En la imaginación baila esa pierna enrollada alrededor de mi pareja a la que me aferro en un intento de dejarme llevar por un mundo que desconozco.

sábado, 17 de abril de 2010

EN UN PAÍS DE HADAS

Un país de hadas es como denomino a este dibujo especial hecho por Hugo Lorente Marín

una bonita experiencia

El dia 11 de abril se puso en antena el programa de canal sur 2, EL PÚBLICO LEE. En este caso estuvo Soleda Puértolas, en una charla literaria sobre su último libro "COMPAÑERAS DE VIAJE". Es este un libro que comprende quince relatos en que las protagonistas son mujeres y se relata un viaje en el que ellas, normalmente van de acompañantes. Soledad Puértolas es una mujer afable y optimista y por lo que pude comprobar, muy humana. Me gustaron sus respuestas y la naturalidad con que se desarrolló el programa. Por otra parte, he de decir, que es este un buen programa que seguro no tiene tantos adeptos como se merece, pero siempre están los incondicionales. Una manera agradable de conocer nuevos títulos y autores para engrosar la biblioteca de nuestra vida.

jueves, 11 de marzo de 2010

EL BOSQUE

Hoy he estado de excursión con los alumnos en un bello lugar de Cádiz: "EL BOSQUE" muy cerca de Grazalema, el lugar con índice de pluviosidad más alto de España. Ha hecho un día precioso de primavera prematura. El pueblo con dos mil trescientos habitantes, dicen allí, es precioso y abundan en él los pinsapos, esos abetos en peligro de extinción, endémicos de la zona. Un sendero estrecho lleno de árboles y con un río que ahora está cantarín y lleno de agua que pugna por salir de su cauce, comunica EL BOSQUE con BENAMAHOMA, otro pueblo de los bellos de Cádiz. Hemos estado en un antiguo molino, el MOLINO DE ABAJO, hemos hecho pan, del de pueblo, del de antes, del que ya no se compra, porque saldrá caro hacerlo ¿? digo yo. Después hemos hecho una ruta a pie y por muchas cuestas hacia el Jardín Botánico y allí, los jaguarzos, los lentiscos, los madroños, la lavanda, el romero, el tomillo y otras más ácidas e hirientes como el tejo, estaban reunidas en un lugar que se empinaba hacia el cielo, mientras recortaba el límite con el vacío, mediante una empalizada de madera. Desde allí arriba podía sentir el oxígeno entrando en mi cuerpo, simplemente por la tranquilidad que se apoderó de mi alma, impaciente y excitada por el esfuerzo del ascenso. Regamos con vino de la tierra para festejar un asado de cordero y terminamos sellando el viaje con un bizcocho con nueces y chocolate caliente. Todo un lujo para los sentidos y el ánimo. Bello, bellísimo.

martes, 9 de marzo de 2010

sensaciones y hechos

Creo que desde la última vez que escribí en el blog, el sol no había vuelto a salir, o al menos, no había vuelto a salir con esa brillantez y ese júbilo expresado en forma de luz y calor. Salí a la calle y pude ver como montones de seres humanos se movían por las calles, deseando ser acariciados por la fuerza del astro rey, observé que muchos niños corrían por los parques y que sus padres, liberados de la tensión que supone tenerlos un día tras otro dentro de la casa, charlaban con los amigos o simplemente caminaban sin reparar en que los chiquillos se tiraban por el suelo húmedo aún después de tantos días de lluvia. Acudí, a ver a un señor entrañable, padre de una amiga de corazón bello, que está ingresado en una residencia para ancianos, noté al entrar allí, la humedad y la tristeza de las personas que se sienten desauciadas y estériles, mi frágil estado de ánimo, se vio sobrepasado por un momento, sin embargo, cuando subí al dormitorio de Pepe, y lo vi sentado allí con su gorra, preparado para la ocasión y charlando sobre su pronta jubilación, cuando vi su cara de sorpresa al darse cuenta de que estaba visitándole uno de sus grandes amigos, al que recordó cuando le hicieron un comentario sobre una higuera que áquel tenía y que él regaba, su cara, que expresaba alegría y sorpresa no disimulada, pensé que realmente, la senectud es el regreso a la niñez, a esa niñez donde no importa expresar tus deseos por más vergonzantes que le parezcan a tus padres, donde cuando te preguntan sobre algo, no disimulas tratando de dar una respuesta que agrade al interlocutor, sino aquella que sinceramente quieres dar. Al irme del cuarto, besé a Pepe y él me dijo que estaba muy guapa, he de añadir que Pepe no ve, así que me alegró mucho oir aquello de su boca porque pensé que esta tarde mi alma era bella y él lo detectaba con ese sexto sentido de las personas que carecen de algunas de sus facultades. Salí, doblé la calle y dos lágrimas vinieron a rodar por mis mejillas.No hacía sol ya, pero coloqué mis gafas de sol sobre mis ojos, al fin y al cabo y aunque soy de lágrima fácil, sólo las personas entre las que me siento muy a gusto y a las que quiero han podido verlas rodar y siempre han sabido tratarlas con cariño.

sábado, 20 de febrero de 2010

El gris de la inercia

El sol ha salido hoy, espléndido, radiante, cálido y vital. Estaba en todas partes, incluso dentro de los locales de luz artificial, lucía. Estaba en los rostros de los vecinos que saludaban afables y sonrientes, en el movimiento del columpio del parque, quieto desde hacía días; en los ladridos alegres de los perros, en el vuelo alocado de los gorriones, en el color de los geranios de mi ventana... sin embargo, en las noticias del telediario, el gris habitual no se ha dejado envolver por la luminosidad del sol. Siempre es lo mismo, el gris de la cotidianidad es permanente y no cede terreno.

miércoles, 17 de febrero de 2010

si alguna vez...

...alguien te hace daño, si sientes que ya ocurrió antes con la misma persona... si alguien te menosprecia y te trata como a una niña tonta... si alguien no valora nada de lo que haces, y siempre piensa que lo haces buscando un beneficio... si alguien te dice que te ama, pero nunca te lo demuestra... si alguien te utiliza para conseguir sus fines... si sientes que alguna vez eres tratada como un juguete roto, abandonado y sucio... si alguna vez, tu corazón está oprimido por el poder que pretenden ejercer sobre ti... si alguna vez, el corazón está ardiendo de tanto amar, y la cabeza se congela por la frialdad que recibe...
entonces, sal corriendo y refugiáte en un lugar a salvo de la intemperie y de la barbarie de aquellos seres, que creen que en el mundo, sólo están ellos y sus problemas.

sábado, 9 de enero de 2010

LA MISIÓN DE TU VIDA

Sentada frente a la ventana miraba pasar el viento por entre las hojas de los árboles, más que mecerlas se diría que estaba enfadado con ellas porque las zarandeaba de tal modo que las hacía caer al suelo llenando la calle de un inconfundible color a otoño, sin embargo, era invierno asi que las pocas hojas que quedaban colgando de las ramas se encontraban bastante cansadas de soportar tanto vaiven. A la siguiente ráfaga, no opusieron resistencia y convencidas de que había llegado el fin de su existencia volaron aún un rato más por encima de los niños que jugaban en el parque, acariciando con ternura sus rostros en la caída.
Cuando llegaron al suelo notaron que algo mullido las recibía, eran sus amigas, las hojas que habían caído anteriormente, con el color demudado.
No se dijeron nada, se agruparon para acompañarse, pero el viento incansable las llevaba de un lado a otro arremolinándolas aquí y allá sin piedad.
De pronto sintieron unas risas y luego unos angustiosos apretones contra el suelo. Se asustaron tanto que cerraron los ojos abandonandose a su irremediable extinción, en el colmo de su autocompasión no pudieron ver que los niños jugaban con sus cuerpos, se acostaban sobre ellas y luego las tiraban por el aire felices.

la soledad del olvido

...hay hombres que luchan un día y son buenos, hay los que luchan un año y son muy buenos, pero los que luchan toda la vida, esos, son los imprescindibles. Bertolt Brecht
Nunca es tarde: ¡FELIZ AÑO NUEVO! mi padre mi madre y mi hermana pequeña, el dia de nochebuena