Una nube inmensa y gris se posó sobre la cuerda de tender la ropa. Los calcetines la abrazaron con tantas ganas que quedaron empapados hasta las costuras. Se sentían tan felices al sentir que la borrasca había puesto sus ojos en ellos, que decidieron seguir abrazados a ella por mucho tiempo, sin embargo, la visita solo permaneció allí un instante, pero antes de evaporarse definitivamente, dejó un pequeño charco en el suelo y los gorriones pudieron calmar momentáneamente su sed.
Traduciendo los sentimientos
martes, 24 de junio de 2014
lunes, 23 de junio de 2014
EN MI LÍNEA
De fondo una versión de Sade, preciosa también, en la voz de Karen Souza. La tarde quieta y cálida tiene un olor a vela perfumada y a sal marina. Te traigo atravesando el gris de los caminos y te encuentro tras los visillos caramelo. Tus ojos, expresando toda la dulzura que alberga tu ser y tu sonrisa, alumbrando más que todas las hogueras de la noche, me hechizan, envolviéndome en un hermoso sueño plagado de realidades.
domingo, 22 de junio de 2014
VIVE Y DEJA MORIR
Un hombre corría, a lo lejos, sobre un camino de tierra amarilla. A ambos lados de la carretera unas matas más que secas contrastaban con el color verde de su camiseta. Corría y corría sin mirar atrás, sin saber que muchos ojos lo observaban, desde sus terrazas, desde el parque, desde la avenida.
Por qué correrá, era la pregunta que todos se hacían y no porque les importara mucho aquel hombre, solo lo hacían por tener algo de que hablar, alguna vida de la que ser partícipes.
El hombre se iba empequeñeciendo hasta desaparecer totalmente de la vista de aquellos que aburridos, volvieron a sus tareas.
Unos días más tarde, una noticia inundó las portadas de la prensa digital:
Un hombre vestido de verde que corría entre la hojarasca había desaparecido.No había fotografía que mostrar porque nadie lo conocía.
Todos se preguntaron, desde sus terrazas, avenidas y azoteas, quién habría entonces denunciado su desaparición.
Unos años más tarde, un hombre corría por el mismo lugar, a la misma hora y con el mismo atuendo. Los vecinos, más aburridos que antaño, más gruñones y más viejos, reconocieron en su movimiento al hombre desaparecido. Se reunieron, especularon y decidieron perseguirlo. En un viejo coche de matricula con dos letras, cinco hombres con agallas recorrieron la distancia de su casa hasta el camino y una vez allí aminoraron la marcha para no ser escuchados. Desde lejos seguían viendo al hombre correr, incansable, empequeñeciéndose por la distancia, no podían permitir que desapareciera. Aceleraron sin importarles el rugido que emitía el tubo de escape, al hombre de verde no pareció importarle tampoco. Lo adelantaron y bloquearon con su coche el camino.
El corredor traspasó sus cuerpos y la chapa metalizada del vehículo y siguió corriendo entre las matas secas.
Por qué correrá, era la pregunta que todos se hacían y no porque les importara mucho aquel hombre, solo lo hacían por tener algo de que hablar, alguna vida de la que ser partícipes.
El hombre se iba empequeñeciendo hasta desaparecer totalmente de la vista de aquellos que aburridos, volvieron a sus tareas.
Unos días más tarde, una noticia inundó las portadas de la prensa digital:
Un hombre vestido de verde que corría entre la hojarasca había desaparecido.No había fotografía que mostrar porque nadie lo conocía.
Todos se preguntaron, desde sus terrazas, avenidas y azoteas, quién habría entonces denunciado su desaparición.
Unos años más tarde, un hombre corría por el mismo lugar, a la misma hora y con el mismo atuendo. Los vecinos, más aburridos que antaño, más gruñones y más viejos, reconocieron en su movimiento al hombre desaparecido. Se reunieron, especularon y decidieron perseguirlo. En un viejo coche de matricula con dos letras, cinco hombres con agallas recorrieron la distancia de su casa hasta el camino y una vez allí aminoraron la marcha para no ser escuchados. Desde lejos seguían viendo al hombre correr, incansable, empequeñeciéndose por la distancia, no podían permitir que desapareciera. Aceleraron sin importarles el rugido que emitía el tubo de escape, al hombre de verde no pareció importarle tampoco. Lo adelantaron y bloquearon con su coche el camino.
El corredor traspasó sus cuerpos y la chapa metalizada del vehículo y siguió corriendo entre las matas secas.
miércoles, 18 de junio de 2014
DÍAS DE VISITAS
Se fue el grillo y vino una mariquita. Se metió en casa detrás
de mí, a traición, mientras abría la puerta. Fue más rápida que yo y se acomodó
rápidamente en un lugar privilegiado del salón, tan privilegiado que no pude
encontrarla en unos días.
Hoy apareció tras la cortina, miraba hacia la calle a través
de los cristales. Claro, era lógico, echaría de menos el aire libre, el ir y
venir a placer entre las plantas, sobre todo, echaría de menos, comer. Me acerqué a ella y traté
de cogerla suavemente para llevarla al exterior pero me hizo frente y volvió a
esconderse.
Esta noche, mientras cenaba, ha venido buscándome, se ha
posado sobre los folios garabateados de rojo. Me ha mirado, diría que me ha
implorado y yo, que la he entendido, la he transportado sobre el papel acompañándola
a la calle. Cuando he abierto la puerta del mismo modo que entró, con la misma
avidez, se ha marchado.
A veces, no sale bien eso de cambiar de aires.
domingo, 15 de junio de 2014
REALIDAD O FICCIÓN
Los novios se besaban enamoradísimos, contagiando con su entusiasmo a los invitados que besaron por un momento a sus parejas, como si acabaran de descubrirlas. Durante el baile, mientras una melodía alegre proclamaba que no se puede amar a medias, entre los asistentes, una mujer,
ponía los ojos en el marido de una prima lejana y el hombre, con su ego acrecentado, buscaba la manera de zafarse del abrazo de su esposa. Más allá una pareja de edad avanzada departía con otra, sobre cómo había cambiado el horizonte en cuestión de relaciones. Los novios, enamorados y felices, ajenos a todo cuanto sucedía a su alrededor no reparaban en caricias y arrumacos mientras daban cuenta de la botella de champan casi vacía que reposaba en el cubo de metal helado.
Sentados en un sofá cubierto por una tela de algodón miraban la película de la vida, cogidos de la mano.
El calor sofocante del verano los aligeró de ropa, la sed hizo el resto.
Las imágenes siguieron sucediéndose en la pantalla muda. Su propia música puso fin a la banda sonora de la película del sábado.
ponía los ojos en el marido de una prima lejana y el hombre, con su ego acrecentado, buscaba la manera de zafarse del abrazo de su esposa. Más allá una pareja de edad avanzada departía con otra, sobre cómo había cambiado el horizonte en cuestión de relaciones. Los novios, enamorados y felices, ajenos a todo cuanto sucedía a su alrededor no reparaban en caricias y arrumacos mientras daban cuenta de la botella de champan casi vacía que reposaba en el cubo de metal helado.
Sentados en un sofá cubierto por una tela de algodón miraban la película de la vida, cogidos de la mano.
El calor sofocante del verano los aligeró de ropa, la sed hizo el resto.
Las imágenes siguieron sucediéndose en la pantalla muda. Su propia música puso fin a la banda sonora de la película del sábado.
martes, 10 de junio de 2014
LA SIESTA
Bip bip bip bip...comunicando...la hora de la siesta.
La vio dormida, con la boca entreabierta , la respiración tranquila. No temblaba.
Anheló su voz y su risa.
Deseó poder decirle un beso.
Colgó el teléfono y bajó las escaleras, luego, más tarde llegarían, la voz, la risa y el temblor. Ahora debía dejar que descansara. Para ella, la siesta era un regalo de fin de semana.
La vio dormida, con la boca entreabierta , la respiración tranquila. No temblaba.
Anheló su voz y su risa.
Deseó poder decirle un beso.
Colgó el teléfono y bajó las escaleras, luego, más tarde llegarían, la voz, la risa y el temblor. Ahora debía dejar que descansara. Para ella, la siesta era un regalo de fin de semana.
lunes, 9 de junio de 2014
SINÓNIMOS
Aquí estoy, frente al televisor apagado.
Sentada en la silla que sueles ocupar, mirando la casa desde tu ángulo, que está tan silenciosa como desde el mío.
Solo el tren y los pájaros me recuerdan que somos uno.
Apago la luz y subo las escaleras. Mañana es una palabra que trae futuro. No hace falta que cierre los ojos para soñar. Ya estás aquí y me envuelves con la bruma de tus ojos. Mañana, me dices, y dormida, te sueño.
Sentada en la silla que sueles ocupar, mirando la casa desde tu ángulo, que está tan silenciosa como desde el mío.
Solo el tren y los pájaros me recuerdan que somos uno.
Apago la luz y subo las escaleras. Mañana es una palabra que trae futuro. No hace falta que cierre los ojos para soñar. Ya estás aquí y me envuelves con la bruma de tus ojos. Mañana, me dices, y dormida, te sueño.
lunes, 2 de junio de 2014
domingo, 1 de junio de 2014
COLORARESAND
Lo que hace a Coloraresand diferente de otras ciudades es
que en vez de estar construida con arcilla, barro, cemento o piedra, tiene
miles de granos de cuarzo.
La arena de colores inimitables, cubre completamente las
calles. Las habitaciones están colmadas de moluscos bivalvos y caracolas que,
en otro tiempo tuvieron una vida libre y repleta de avatares. Sobre las escaleras se posa una
gaviota despistada y en el suelo dejan sus huellas los correlimos. Encima de
los tejados las cometas saludan a los navegantes y hacen guiños a los enamorados.
Si los habitantes pueden andar por la ciudad subidos en
altísimos zancos sin que se hundan en la arena, no lo sabemos, pero estamos
seguros de que descalzos sentirán bullir la vida bajo sus pies. Les conviene
quedarse quietos y tendidos en las horas de más calor para que sus cuerpos
recobren la humedad perdida en su actividad frenética entre las olas.
Todos los lugares están a mano, solo hay que echarse a nadar
para poder llegar a casa del rey o a casa del pescador.
Hay quien dice que las sirenas no se han visto nunca, sin
embargo, unas medusas espectaculares, de colores irisados y brillos galácticos
llenan la noche de magia y, lo más importante, ¡no son urticantes!
De noche, pegando el oído al suelo, puedes sentir cómo el
agua discurre por entre los granos de arena y cómo pequeños cangrejos hacen
túneles con su larga pinza, la misma que luego sacan fuera para que la limpie
la corriente, mientras ellos permanecen reposando sobre la humedad del suelo
enfangado buscando el fresco.
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