Me pregunto qué es el espacio cuando por la noche recuesto mi cabeza sobre la almohada doblada. Mientras nuestra canción suena el espacio es infinito y puedo viajar por él haciendo parada en todas las constelaciones. La luz de las estrellas que ya no existen se entrecruza dibujando un pasadizo secreto por el que ascendemos. Tú, vestido con tus mejores galas, coronas mi cabeza con el anillo más etéreo de Saturno y luego, me abrazas.
Los agujeros negros amenazan con devorarnos pero tú, haciendo acopio de tu templanza, logras encontrar de nuevo, el camino hacia la luz.
Cuando los párpados pesan y el libro cae de mis manos, busco a tientas el interruptor y ya a oscuras, me doy cuenta de que una estrella despistada reposa sobre mi frente, conserva la impresión de tu rostro y por eso la toco, consciente de que tú también me has acariciado.
Los agujeros negros amenazan con devorarnos pero tú, haciendo acopio de tu templanza, logras encontrar de nuevo, el camino hacia la luz.
Cuando los párpados pesan y el libro cae de mis manos, busco a tientas el interruptor y ya a oscuras, me doy cuenta de que una estrella despistada reposa sobre mi frente, conserva la impresión de tu rostro y por eso la toco, consciente de que tú también me has acariciado.
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