Cuando no estoy en contacto con tu piel, mis huesos se quejan y se secan mis labios.
Sentado en algún lugar miras interesado un
libro. Detrás de las letras, las hojas muestran su transparencia y unas siluetas
que nos representan danzan abrazadas.
Es tan crudo el invierno. Es siempre invierno cuando no
estás.
Ven y con tus manos cálidas derrite la escarcha que el frío dejó sobre mis poros abiertos.
Ven y con tu boca, traza el camino de néctar que nos conduce al paraíso.
Es tan crudo el invierno y es siempre invierno cuando no
estás.
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