Traduciendo los sentimientos
sábado, 20 de febrero de 2010
El gris de la inercia
El sol ha salido hoy, espléndido, radiante, cálido y vital.
Estaba en todas partes, incluso dentro de los locales de luz artificial, lucía.
Estaba en los rostros de los vecinos que saludaban afables y sonrientes, en el movimiento del columpio del parque, quieto desde hacía días; en los ladridos alegres de los perros, en el vuelo alocado de los gorriones, en el color de los geranios de mi ventana... sin embargo, en las noticias del telediario, el gris habitual no se ha dejado envolver por la luminosidad del sol. Siempre es lo mismo, el gris de la cotidianidad es permanente y no cede terreno.
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