Traduciendo los sentimientos

martes, 27 de septiembre de 2011

LO REAL DEL CUENTO

A media hora de las doce aprovecho el tiempo que resta del día para bailar en tu compañía, para perder los zapatos, si así nos place, y hacer que los lacayos vuelvan a ser ratones que desfilen traviesos, una vez se hayan despojado de la librea, que con tanta gallardía visten. Veinticinco minutos para decidir si conservar el carro o dejar que se convierta por fin en calabaza para así poder hacernos una rica sopa de verduras redondas ahora que llegó el otoño. Tal vez si apuramos hasta el último minuto y teniendo en cuenta que todo se esfuma a la hora mágica para convertirse en lo real, lo natural, tal vez decía, quedemos frente a frente desprendidos de las telas que componen nuestro traje de gala y podamos por fin celebrar, llegando al último segundo del día, la fiesta que comenzó hace casi veinticuatro horas, tu fiesta.
El faro de la bahía será la vela que ilumine tus días este año, no tienes que soplar hoy, no te preocupes, hoy sólo bailaremos hasta unos segundos antes de las doce y luego... después de la sopa, diremos a los ratones que dejen de danzar y haremos callar la música en el castillo. Apartados y en silencio nos diremos todo aquello que sólo se dicen los enamorados, sin hacer uso de la palabra. Además de las caricias y los besos, se admite la sonrisa y la carcajada.
Bailemos que distan cinco minutos de las doce y siento como el pelo cae, sujeto como estaba en la nuca, dejando ver unos rizos impacientes sobre el cuello y el rostro. No es la advertencia del hada madrina, es tu boca la que con su humedad los suelta.
Bailemos que a tres minutos de las doce, el corpiño que apretaba mi cintura ha perdido el cordón, enredándose en los botones de tu camisa blanca y almizclada.
Antes de que suene la primera campanada, anunciado el nuevo día, habremos festejado el día, habremos vivido la fiesta que culmina un bello día, tu día.

PERDIDA ENTRE LA MULTITUD

Nunca piensas que existen otros mundos que no son el tuyo y que los ojos y las mentes de otras personas ven las cosas de formas muy diferentes a como las ves tú. Yo, al menos, no pienso mucho en ello y cuando digo ver las cosas de otra forma me refiero a esas mentes que se quedaron algo perdidas en no se sabe que lugar, quizá en el fluido de la vida del seno de su madre o tal vez después, en el camino hacia su crecimiento.
En un edificio repleto de personas, con los pasillos atestados de adolescencia, alguien se sintió hoy sola y perdida hasta el punto de llorar y sentir que se desvanecía. Su mundo interior, cuadriculado, supongo, por lo estructurado y ordinario se desarmó cuando surgió un imprevisto y comprobó que no estaba en el lugar que debería, como cada día, ocupar a esa hora concreta. Sus pequeños pies deformes y sus andares fatigosos acompañaban a sus lamentos verbales sobre el desastre que era sentirse sola y perdida en aquel laberinto de pasillos y escaleras.
Menos mal que te he encontrado, me decía, mientras a través de sus espesas pestañas largas y de un negro insondable caía una lágrima. Quédate conmigo, continuó mientras con una mano pequeña y gordezuela se aproximaba para comprobar que la mía comprendía el gesto.
Me sentí vulnerable ante la desdicha y miré hacía otro lado para no mostrarle mi debilidad, para que se sintiera protegida por mi seguridad que falló cuando me sentí una con ella.

lunes, 26 de septiembre de 2011

Y POR ARTE DE MAGIA Y...DE CONSTANCIA, TODO CAMBIÓ

Ahora no es la niebla, es la boria la que se se extiende en el horizonte de mis mañanas.
Me cambió el paisaje hasta el punto de olvidar la sensación de inquietud que a veces me producía la distancia. Al cabo de recorrer mil y un kilómetros por los cables de la comunicación a distancia, llegamos a un lugar tranquilo donde hasta la cobertura falla.
Me asombra la capacidad de adaptación o los mecanismos de defensa que difuminan imágenes y situaciones queridas de modo que el sol y la brisa se hacen tan deseables y principales que ha muerto en el pasado la sensación espesa e irrespirable de los días.
Ahora, mirando a través de la ventanilla del tren y aunque la aridez predomina en los campos que atravieso, veo flores por todos los lugares. No estoy ciega, ni me falla el razonamiento pero es imposible sumirse en la nostalgia cuando la vía que atravieso me conduce al lugar que en tantos segundos anhelé.
Que me envuelva la brisa, que me eleve hasta una nube elástica donde puedan saltar mis pies y acertar a ver así a aquellos a los que amo, que encuentre la risa en su mirada y música en su corazón, allí desde donde pueda agitar mis brazos y extenderlos para tocar con la punta de mis dedos sus manos, allí donde sienta que las palabras que escribo se extiendan en un haz de rayos luminosos con los que acariciar su pelo.
Que mis labios puedan tocar su piel, que en la vida se perpetúe el alborozo y pueda asi seguir disfrutando de la visión de sus rostros queridos por encima de la bruma que acompaña al mar al atardecer.
Me cambió el paisaje de tal modo que a veces me pregunto si siguo siendo yo o me he transmutado en otra.
Sigo siendo yo en plenitud, serena y extasiada.

Boria es el vocablo utilizado por el Cartagenero para designar a la niebla.

lunes, 19 de septiembre de 2011

CARMEN, LA DULZURA.

La primera vez la vi en una fotografía, sus ojos eran grandes y expresivos y una melena rubia caía por su espalda. Me pareció una chica muy guapa y me alegré al saber que esa expresión contagiaría a otros ojos más cercanos a mi sangre.
Luego la vi en persona, la belleza de la foto quedó empequeñecida al descubrir la ternura de sus gestos y la dulzura de su voz de timbrado andaluz.
Los inviernos no eran su estación preferida y tenía una tendencia a huir de las caminatas, las motos y los tacones, sin embargo, en primavera resurgía como la flor que era.
La he visto preocupada, risueña, llorosa y taciturna, la he visto con dolor y, con la entereza que da la madurez, la he visto aceptarlo y continuar poniendo un pequeño parche aquí y otro allá para hacer menos pedregoso el camino.
Ahora que sé que no está en su mejor momento he venido aquí, al lugar donde me reúno con los sensibles y los conjuro a todos a elevar una luz hacia el firmamento para obtener a cambio unas dádivas:
Que la ilusión y los sueños sean siempre coloridos en el corazón de Carmen.
Que la sonrisa sea único centinela de sus labios.
En esta noche y con brisa marina, elevo los ojos al cielo y perdida entre las estrellas, busco el talismán que ha de tornar la incertidumbre en certeza en la vida de la chica de voz dulce y cálida.

jueves, 15 de septiembre de 2011

NO ME HE IDO...

... Es que estoy de mudanza y agotada pero... prometo volver con nuevas historias y sentimientos muy pronto.
Tampoco os he olvidado, a los que entráis buscándome, porque en el fondo, eso es este blog o para eso está hecho, para el encuentro.
Un entrañable beso.

martes, 6 de septiembre de 2011

También es la noche...

... para empezar esa nueva vida que anhelaba desde hace meses.
Todos los sentimientos de amor hacía un hombre, el que amo, por los que las páginas de este blog han crecido son los que hacen que la noche adquiera ese tinte irisado, ese que permite que la sonrisa salga emulando al sol y desbanque al chirimiri que las lágrimas han provocado. ¡Qué arco iris precioso se vislumbra en el horizonte! ese del que hablaba antes, ese tan limpio donde todos los seres que conforman mi vida nunca quedarán atrás.
Sin copa hoy, que las horas no lo permiten y mañana hay que conducir, brindo con todos vosotros sabiendo de antemano que nos reuniremos en las letras, en la música o tal vez cuando menos lo esperemos, nos reuniremos también en el espacio.

ES LA NOCHE ( a mis hijos, mis padres, hermanos y mis queridos amigos)

Poco a poco y sin casi darme cuenta ha llegado la noche previa a la marcha. Seguro que no me he despedido de todas las personas a las que me hubiese gustado abrazar, pero, es que... tampoco me voy, siempre me voy a quedar en las cosas importantes, en las pequeñas cosas, en lo esencial... o eso me gustaría.
Aquí por ejemplo, me quedaré y anotaré la música que suena en ese lugar, lo anotaré sin tener idea de solfeo, conociendo apenas dos notas musicales. Anotaré el color de los bancos del parque, no el color del que están pintados sino el que le imprimen las personas que en ellos se sientan. Anotaré las vivencias en esa nueva casa, sin describirlas con pelos y señales, sólo dejando pinceladas de las emociones que me transmite. Dejaré el estado de ánimo que, como suele ocurrirnos a todos, será a veces muy bueno y otras... seguro que siempre va a ser muy bueno. No quiero mirar atrás porque a todos los que quiero están delante, los que se vienen conmigo y los que no, siempre delante en mi extenso horizonte.
Es por eso que, aunque haya llegado la noche que anticipa la marcha, nadie, nadie debe estar triste... todos vamos a salir ganando en vivencias que contribuirán al fortalecimiento de los corazones...sin embargo, he visto hoy algunas lágrimas, y otras no las he podido ver porque las mías lo impedían.