Traduciendo los sentimientos

lunes, 10 de diciembre de 2018

Tu espacio de confort

Vivía en una burbuja y nunca se enteraba de lo que pasaba fuera, decía que era feliz,allí, rodeada de sus cosas.
El tiempo y sus inclemencias habían erosionado notablemente su habitáculo y aunque empezaba a sentir frío, el calor de su entusiasmo era más poderoso. Un día sintió que su pequeño mundo se tambaleaba, como si un terremoto zarandease su vida. Se asomó y pudo ver como se aproximaban hasta su espacio, unas lanzas de colores y punta afilada. Lejos de sentir miedo, se colocó en posición apropiada para lanzarse al vacío, si llegada la ocasión, tenía que abandonar de emergencia su espacio de confort.
Se sintió libre y segura porque el miedo debilita, empequeñece y mata.


viernes, 23 de noviembre de 2018

PRINCESA DE OJOS GRANDES

Escuchar sus balbuceos, es vida. Ver como su cuerpecito pierde el equilibrio mientras toca las palmas, es vida. Mirar sus ojos y ver la grandeza de la inocencia en su transparencia, es vida.
Por eso me gusta la vida. Te quiero pequeña princesa de enormes ojos sonrientes.

jueves, 8 de noviembre de 2018

SOLOS O ACOMPAÑADOS


Algunas personas andan por la calle solas, sin otra compañía que sus pensamientos.
Otras, siempre caminan acompañadas, da igual de quién porque el fin es no estar solos con el pensamiento.
A veces, los que van solos interrumpen por un momento sus pensamientos y se fijan en los que van juntos y se dan cuenta de que están solos y sus pensamientos se vuelven oscuros . Por otro lado, los que caminan juntos, se fijan en el solitario y anhelan su libertad y de pronto  todos los pensamientos que no tenían, vienen a visitarlos.
Ese es el hombre, un ser a menudo insatisfecho que anhela lo que no tiene y no valora lo que posee.
Nunca un hombre estará solo si la vida bulle dentro de él.  Jamás un hombre estará acompañado si desconoce su propia esencia, si no se quiere, ni se valora.

domingo, 4 de noviembre de 2018

LACA NO, POR FAVOR.


Mi poder adivinatorio se manifiesta en mis sueños.
La mañana del lunes, de camino al colegio, nos cruzamos con la peluquera de mi madre, mi padre la saludó y ella lo entretuvo. Mientras le hablaba acariciaba una horquilla azul de extraño brillo que sujetaba su pelo. No me gustó la luz que despedía.
Aquella noche soñé:
Mi madre le decía que le hiciera un peinado especial para su aniversario de boda. La peluquera con sonrisa ladina, prometió llenarle la cabeza de rizos, a mi madre, que tenía el pelo más liso que una japonesa. El truco está en esta laca, prosiguió en un susurro misterioso, es importada, una maravilla,  lleva esencia de ciervo almizclero siberiano. Tu cabello quedará ligero, perfumado, maravilloso.
Mi madre entusiasmada cerró los ojos y… ya no los abrió más, su cara había desaparecido.
Después de mi sueño, mi madre, muy a su pesar, canceló la cita con su peluquera.
El periódico local abrió con la noticia:
 “Una peluquera es detenida por asesinato. En el lugar de los hechos se halló un envase de laca que previamente había sido manipulado y que contenía un gas tóxico. La víctima murió asfixiada, envuelta en una nube glamurosa de rinfinidio”.

sábado, 20 de octubre de 2018

Duerme princesita

La princesita se quedó dormida. En su rostro quedó las huella de la felicidad. Todo era bondad y dicha en su él.  Sus ojos enormes dieron paso a una larga linea rodeada de espesas y largas pestañas. Su nariz pequeña y chatita aleteaba silenciosa dejando pasar el aire de sus recién estrenados pulmones. Su boca carnosa y  sin frunces conservaba aún la forma del lactante. Sus manos, una sobre otra y ambas sobre el biberón delataban su despreocupación y su calma, su confianza, su luz.
Dormida la princesita, aún no tenía historias que entretejer, si acaso soñaría con los  brazos amantes que la arrullaban cada día y cada noche, si acaso soñando, balbucearía el nombre de mamá y de papá, aunque aún no los supiera.

domingo, 14 de octubre de 2018

Tormenta celestial

Aunque a media tarde salió el sol y trajo calor a mi corazón, más  tarde llegó Lesly con su música del trópico y cuajó de lluvia la tierra. Olía bien, ese olor de la niñez y las botas katiuskas, el olor de la despreocupación y la inocencia.  Luego llegó el viento, el que anunciaron, el racheado y violento, ese viento que ruge desafiante, el que silba y sin permiso entra en la casa por debajo de la puerta. El inquietante viento.
Ahora, hace escasos minutos todo se quedó en calma, un ángel cruzó la atmósfera a lomos del huracán y se ha quedado aquí, muy cerca, no puede emprender el vuelo hasta que no se sequen sus alas. A mi me viene muy bien porque emite un suave destello que me ayudará a conciliar el sueño.

sábado, 13 de octubre de 2018

TRES DESEOS

Me preguntaba a qué había venido a este mundo y a este lugar, cuando de pronto, un viento hipohuracanado se empeñaba en tirarme del pelo y empujarme en una dirección. Su fuerza era tal que no tuve más remedio que dejarme llevar. En un rinconcito de aquel lugar que era como una cabaña abandonada había una caja extremadamente bella. Flores en diversos tonos pasteles y pajarillos que emitían sonidos cuando los rocé con mis dedos la adornaban por fuera,  una cinta verde y violeta que terminaba en un lazo rizado me llamaron la atención.  Aunque no había puerta, ni cristales  en las ventanas, el tiempo era apacible en el interior.
Me senté en cuclillas, me peiné con los dedos y me dispuse a abrir lo que parecía ser para mi.
Dentro un corazón rojo y brillante que tenia la peculiaridad de latir. Cuando lo tenía entre mis manos lo acerqué a mi pecho y los latidos se unificaron. Me sentí extraña y feliz a la vez y sin saber cómo, tuvo lugar un suceso inesperado. De aquel corazón salió una estela de luz y después la que dijo ser una maga. La maga del amor, me dijo. Pídeme tres deseos, solo hay una condición, tendrás que pedirlos antes de que acabe el año.
...y aquí estoy, sentada aún pensando con mucho cuidado para elegir bien...¿o tal vez no debería pensar tanto?
Qué el instinto y el amor sean mis guías . Así  sea.

jueves, 11 de octubre de 2018

RECETA PARA DEMÓSTENES

INGREDIENTES:
Un kilo de sonrisas
Cuarto y mitad de besos
Mitad del cuarto de caricias
Un vaso de energía.
Una mirada cariñosa.
Nada de lágrimas (la sal la pones tú)

REALIZACIÓN
Cuando llegues a casa debes abrir muy bien los ojos porque dejaré que todos estos ingredientes que ahora mezclo con firmeza, caigan sobre ti a la hora de acostarte.
Es una antigua receta de bruja buena que solo desea tu felicidad.


Nadie decide por mí

Aquí estamos.  Asustada porque acabo de recibir un correo en el que amenazan con cerrar este blog. Este espacio que se lleno con nuestras vivencias y emociones.  No puedo permitir que desaparezca, seria como un estandarte que se rompe.  He de volver cada día como antes y decirte cuánto te quiero y cuánto deseo que la emoción perdure a través del tiempo.  Te besaré entre líneas a ti y a aquellos que amo.

viernes, 20 de abril de 2018

COBRE Y ORO


Mi abuela tenía una larga y delgada trenza que antaño fue una melena preciosa, espesa y rizada. Ella contaba a menudo, que en otra vida fue un pez mitológico y ajustaba mucho su corpiño para acentuar su silueta de reloj de arena.
Su casa estaba llena de elementos marinos y en una caja de nácar guardaba pequeños guijarros moldeados por las olas, restos de conchas y púas de erizo, moradas y verdes.
Mientras ella relataba sueños y delirios envueltos en palabras de las que no sabía su significado, pero que sonaban melodiosamente en su boca, retozaba en su alfombra repleta de algas, pólipos, ofiuras y caballitos de mar.
Una mañana de viento imposible y temporal costero mi abuela dejó para siempre la vida terrestre.
En un baúl de tachuelas doradas y tiras de cuero encontré una reliquia de 1627, un llamativo y exótico estandarte que decidí colocar en la balconada que daba a la calle principal.

De manera fortuita y bajo el título “Metamorfosis” me encontré, años después, conmigo misma en una galería de arte. Sonreí porque solo yo sabía que su rostro y sus preciosos rizos de cobre y oro completaban la estampa que deliberadamente mostraba a medias.

Antinatural


De todas las fotografías para las que he posado, esta es la que más me gusta.
Ventiladores que agitaban mis vestidos vaporosos, miradas felinas en Atacama, bikinis en la Antártida, pieles naturales en Gobi, pijamas a medio abrochar en Wall Street, tacones de ejecutiva en el monte Bolingo.
 Cientos, miles de fotografías y en todas, sin excepción, mi rostro impoluto, como una manzana recién cortada, sonrosada y sin arrugas incipientes que hicieran presagiar la tan temida oxidación de la epidermis y por ende, mi decadencia.
Esta es, sin duda,la mejor, una oda a la vida, en ella muestro mi lado más humano y más travieso. El que hace mohines para provocar risas o carantoñas de gatito que ronronea buscando una caricia. Repeinada y despeinada, sin rulos, sin planchas, sin tintes, sin máscara.
La llevo siempre conmigo porque cuando alguien desea recordarme qué soy y cómo debo comportarme, al primer comentario soez, jocoso, impertinente o envidioso, la miro reiteradamente, con insistencia, la fijo y la aprendo de memoria, luego me concentro unos segundos y como una contorsionista, estiro y tenso mis músculos, los elevo y lo relajo y haciendo combinaciones imposibles, consigo que hasta las arrugas que no tengo afloren.