Traduciendo los sentimientos

martes, 31 de julio de 2012

SENSACIONES INDESEABLES

Aunque el odio y la rabia nunca han sido defectos que me caractericen, hoy he sentido algo muy parecido a esos sentimientos en tres momentos del día.
El primero fue esta mañana mientras escuchaba la radio, una carta escrita por un hombre con una minusvalía severa, alzaba su voz para expresar su sentimiento de impotencia ante sucesos como los recortes en sanidad y el retroceso de lo ya conseguido con la Ley de la Dependencia.
Ya en la tarde y en la voz de una boca querida, estaba la queja por la incomprensión de la que se rodea día a día. Si lo comparo con lo que escuché por la mañana podría parecer insignificante,  pero cuando quieres a las personas y lo pasan mal debido a una mala gestión de los recursos, entonces, sientes que es grave, muy grave y te ensañas con aquellos que dificultan la convivencia.
Por último y casi entrando en el siguiente día, he visto una película que ya tiene sus años, Gomorra se titula. Se me antoja definirla como desoladora... droga, muerte, dominación, abuso, injusticia, incultura y por supuesto, dinero ¿Qué si no?
Al final de la misma, unas frases explicativas sobre la cantidad de dinero que maneja la camorra, el abultado peso de los residuos tóxicos, que acumulados en vertical sobrepasarían con mucho la cima del Everest, el incremento de cáncer en los barrios dominados y como no, el blanqueo final del dinero para fines "humanitarios".
Después de estos acontecimientos que me han provocado un desasosiego inusitado, quiero irme a dormir con la convicción de que lo que he sentido, visto y oído, no es más que una insignificante porción de lo que compone la tarta de la vida. Ojalá no sea cierto que tantos hombres (genérico) no desean otra cosa que el poder para así, en nombre de la lealtad a sus ideales, cometer tantos atropellos con sus semejantes, manteniendo en sus rostros la sonrisa.

MI CONCEPTO DEL AMOR





El Reino de los Cielos es semejante a un grano de mostaza que tomó un hombre y lo sembró en su campo. Es ciertamente más pequeña que cualquier semilla, pero cuando crece es mayor que las hortalizas, y se hace árbol, hasta el punto de que las aves del cielo vienen y anidan en sus ramas.

lunes, 30 de julio de 2012

RISAS, JAZMINES Y CEREZAS

La sonrisa se acercó y quiso quedarse en nuestros rostros. Cerramos la puerta y dejamos al mundo fuera.
Solos tú y yo, de frente o de lado, de pie o acostados, quietos o en movimiento, nos reconocimos en la piel y en las vísceras.
Con unas pocas palabras tejimos un sinfín de frases apasionadas y melosas, las rimamos con besos y las cantamos en prosa, las aderezamos con distintos sonidos y las regamos con mil y una caricias.
Reunidos de nuevo, en la fiesta de los sentidos se confundieron los aromas con los sabores, mezclándose en nuestras bocas hasta el punto de dejar de ser dos... Y fuimos UNO.

domingo, 8 de julio de 2012

YO TE PROPONGO

Cuando llegaste a mi no pediste nada a cambio, me diste todo hasta el extremo de quedarte dormido, exhausto, en cuanto yo cerraba los ojos. Decías que todo estaba dentro de mi, pero sin ti, mi constante alfarero sería aún ese bloque de piedra, incapaz de digerir mis propias acciones, desorientada y triste.
Cada mañana me invitabas a sonreir y cada tarde reíamos juntos. Descubrimos de la mano muchos sonidos: el monótono e interminable sonido del supermercado. El del disco de moda estridente e inoportuno. El del coche de bomberos y las ambulancias. El de la alegría de un perro que se encuentra con su dueño y el del latir de nuestros corazones, entre muchos otros.
Hemos visto la misma película en cines que distaban cientos de kilómetros, a la misma hora y en asientos contiguos, de la mano.
Nos hemos despertado al alba y nos hemos besado cada día, incansablemente, en verano y en invierno, en septiembre y en semana santa. Hemos compartido la historia y la ciencia, la siesta y el helado, el deporte y la costura.
Hemos inventado ideas y las hemos dramatizado. Nos hemos reído hasta la extenuación, de cosas que sólo se ríen los que se aman.
Tú no lloras pero has llorado conmigo, en tu gesto y  con tu abrazo.
Me has escuchado con tanta atención que conoces mejor los detalles que yo misma que los he vivido.
Te he escuchado tanto que anticipo tu deseo que es el mío.
En esta noche de maletas y regalos. En esta noche en que por unos días me desprendo de tu abrazo físico, te propongo que nos quedemos para siempre en este mundo de caricias y complicidad, de risas y confidencias, de flores y de pájaros, de libros y de música. Te propongo encender el sándalo y la vela y amarnos por siempre.

viernes, 6 de julio de 2012

DESCUBRIENDO

Un día descubrió que cuando el pensamiento se llena de preocupación y el corazón bombea sangre a destiempo, los huesos se quejan tanto que puede oírse su crujido lastimero en la noche silenciosa.
Descubrió que aún sin haber lágrimas en sus ojos la pena podía extenderse hasta sus músculos comprimiéndolos hasta el punto de encoger su cuerpo empequeñeciéndolo.
Descubrió que aunque su sonrisa estuviera intacta, sus articulaciones y su piel aquejaban el sentimiento de nostalgia que su boca negaba.
Descubrió que si no es en soledad nunca podría aprender de los grandes silencios que enseñan que la vida está llena de contradicciones y que hasta cuando estás queriendo estar no estás y cuando más deseas llegar al lugar, más sosiego imprimes a tus pasos. Que cuando quieres prestar oídos la distracción se apodera de ti y que cuando todo es puro pasatiempo logras sacar la esencia de cualquier acontecimiento con la filosofía más depurada. Que cuando necesitarías llorar, niegas la evidencia y sonríes y que cuando la carcajada brota, salta ávida la lágrima disfrazada de luz.
Descubrió en soledad, que la brisa podía envolverla en un halo de calidez y que el sol, ardiente e impetuoso, era capaz de helar su corazón impetuoso.
Descubrió en soledad que no hay días, ni tiempo alguno. Que aunque del calendario caigan las hojas impunemente, sólo hay acontecimientos y vivencias que van horadando tu esencia con una única herramienta: el ánimo.
Descubrió en soledad, que sus seres queridos eran más queridos de lo que pudiera explicar nunca. Que sus recuerdos estaban intactos y que a medida que avanzaba en su estado, iba desempolvando uno y otro y otro más, hasta componer un abanico inmenso y coloreado.
Descubrió en soledad que no estaba sola y muchas voces se alzaron sobre el papel y otros medios más acordes con los tiempos.
Descubrió que su ausencia de soledad tenía nombre de varón y voz de poeta, cálida y conciliadora. Una voz que acogía todos los puntos de vista y respetaba por igual a todos los seres de la naturaleza.
Descubrió en fin, que le hizo falta estar sola para entender el significado de un sinfín de procesos que antes no supo que existieran, tan concentrada en contemplar su ombligo como estaba.