Traduciendo los sentimientos

jueves, 29 de enero de 2015

VENDAVAL

Sentada en el borde de la mesa mira a los alumnos que, ajenos a su, casi, impertinente mirada, garabatean con desidia el folio de examen.
Días antes, lecturas y ejercicios, de refuerzo y  ampliación; gráficos y análisis de datos, esquemas y mapas conceptuales y, sin embargo, ahí están chupando la punta del bolígrafo como si fuera la piruleta de antaño.
Contra la ventana choca una rama violentamente arrancada de un árbol y el ventarrón amenazando con quedarse.
Al fondo de la clase hipidos y lágrimas. Angelito, que es frágil de cuerpo y de espíritu.
En el pasillo ella le pregunta sin querer saber, por no darle importancia, por no implicarse.
Los  padres, que le recriminan, le chillan y se enfrentan por él, le dicen.  Angelito se siente muy mal. Veredicto, culpable y llora más y sus ojos, dos grandes faros de color almendra, crecen en todas las direcciones, y casi no le caben en la cara.
En el interior vuelan las tizas y los aviones, pero no es el viento, las ventanas están cerradas.

¡Ay, que larga es esta vida! Suspira Angelito y los ojos de ella se agrandan, y se hacen de agua. ¡El vendaval, que hace estragos!

martes, 27 de enero de 2015

EL LÁTIGO DE LA INDIFERENCIA

La aguja grande del reloj pasó de la hora en punto y se dejó caer sobre el minuto siguiente. Se abrió la puerta y sus ojos expectantes, en una cara sonrojada por la carrera, lo miraron. Él se limitó a seguir dormitando y ella pensó, con alivio, de que no se había percatado de su ínfimo retraso. Cuando despertó se acercó para darle un beso y su mirada helada la hizo retroceder. El rictus pintado en su boca la avisó de que algo no había ido bien. No valían excusas ni explicaciones, había llegado tarde. El silencio se impuso. Recogió sus libros y con una lágrima en los ojos abandonó la estancia. Se sintió indigna y abochornada. Lo había defraudado de nuevo.


domingo, 25 de enero de 2015

JUEGOS DE DOMINGO

Las cartas esparcidas por la mesa, bebida, risas francas y unas almendras tostadas. Un trío, una escalera de color y un repóker y detrás de cada rostro una vida y en el interior de cada arteria la misma sangre.
En sus oído un susurro y en la noche, el aire silencioso les colma de besos.


CUENTA ATRÁS

Escondidos, todos los relojes nos espiaban. Ajenos al devenir de sus manecillas, vivimos abrazados un día más.
Ahora han salido de los cajones y sonríen porque durante todo este tiempo han escuchado la melodía y nuestros besos.
Los miro, me miran, se preguntan, me pregunto. No se donde prefieren estar ellos, pero a mi me gusta más prescindir de sus servicios.

lunes, 19 de enero de 2015

DULCE ESPERA

El invierno nos invitó a pasar unos días. Se equivocaron los que dijeron de él que era frío y gris, que su voz era de escarcha y sus ojos transparentes o tal vez no nos dimos cuenta y lo dejamos fuera cuando la puerta se cerró tras un golpe de aire.
De cualquier modo, todo el calor de la vida se acomodó en aquella estancia, a nuestro lado. La leña crepitando nos enseñó una danza antigua y nos arrulló mientras, abrazados, esperamos
que el primer rayo de primavera iluminara nuestra sonrisa.

domingo, 18 de enero de 2015

SIEMPRE EN LA LUNA


CUANDO NO ESTÁS

El mundo no se termina cuando te vas, claro, pero mi arcoiris pierde luminosidad y un color, el
que te llevas en tus ojos.

REPETICIÓN DE LA JUGADA MÁS INTERESANTE

Las cuatro de la tarde. Deambulo por la calle y observo. En el interior de los bares, algunos hombres apuran una copa y un café. Ríen despreocupados, es viernes.
En el interior de las tiendas sobre todo mujeres. Lencería que realza el busto. Pantalones que suben el trasero...
Unos y otras se cruzan, se radiografían la piel que imaginan.
Se miran pero no se ven.
¿Qué decían sobre los estereotipos?
¿Machismo? ¿Feminismo?
¡No oigo bien! ¡No me entero de nada!

miércoles, 14 de enero de 2015

CENICIENTA

Me sentí la más afortunada cuando deslizó el zapato sobre mi pie y se ajustó a la perfección. Luego pedimos el otro. En realidad lo que queríamos no era ver como me sentaban, lo que queríamos era correr con ellos puestos para llegar enseguida a nuestro guateque particular.
Ni anuncio de compromiso, ni preparativos de boda, ni tan siquiera invitados, mejor una odisea en el espacio para que no sea la gravedad la que limite nuestros cuerpos...
... ¿Dónde quedaron las 12?

MARTINA

Martina se sentó en el bosque, en realidad tenía aún mucho camino por delante, su padre la aguardaba para comer. Ella llevaba todos los días la comida a su padre y sus hermanos sorteando los obstáculos del bosque, nada la amedrantaba, nada cortaba su respiración pero aquel día, sin saber a cuento de qué sintió la necesidad de pararse aunque solo fuera unos minutos.
Para ser una niña no tenía demasiado tiempo libre. Muchas exigencias e imposiciones la hacían esclava de sus tareas.
Sentada sobre aquella piedra elevada se sintió diferente, más alta, más grande, más bella, más importante. Apartó el flequillo rebelde de su frente y con la cara entre las manos se quedó pensando con los ojos cerrados.
Vio pájaros que la sobrevolaban. Vio abejas libando el néctar de las flores y conejillos corriendo entre la hierba. Vio topos horadando la tierra y vio libélulas cerca del río.
Cuando abrió sus pequeños ojos de almendra nueva encontró los bigotes de su padre frente a ella, cerca, muy cerca de su rostro.
Le preguntaba si estaba bien y ella era tan feliz que no entendía la pregunta.
Estás cansada,
le dijo el Señor Alfredo, su padre, mientras la tomaba entre sus brazos y la subía sobre la burrita de carga.
Martina se puso aún más contenta, normalmente la burrita debía llevar el fardo de avena. Hoy, la avena quedó en un segundo lugar y Martina entró triunfal en su casa.
Había sido un día realmente especial, aquellos animales, de la tierra y del agua, su camino de vuelta sobre la burrita y sobre todo, los besos de su padre, ese "jaleo" de besos con los que la había acogido entre sus brazos.

martes, 13 de enero de 2015

CEBOLLA

Me despojé de todos mis vestidos. Uno a uno los fui depositando en un baúl sin fondo. Para cuando pude cerrarlo ya había amanecido. No te importó. Este era el momento, dijiste mientras me abrazabas y así, estrenamos la vida.

lunes, 12 de enero de 2015

INVISIBLE

Entre todos los rostros que miró en aquellas páginas, faltaba uno, el suyo.
Sintió que era como una historia perdida. Su voz llegaba a todas partes, sin embargo, dudó de que la voz lo fuera todo como pensaba.
Quizá su vivir y desvivirse no hubiera sido suficiente. Ahora tenía la sospecha de que a lo mejor, todo lo bueno se había ido con ella y que el vacío más absoluto se apoderó de cada esquina y de cada pliegue de aquellas cortinas que con tanta ilusión confeccionó. O tal vez, como diría aquel mago, todo era un producto de su imaginación.
 Sí, eso debía ser.
 Prefería pensar así era.

LIBROS Y ALEGRÍAS

Como regalo de Reyes y para comenzar el año recibí unos libros, en cada uno un relato que un día escribí.
Sabe bien abrir un libro anónimo y encontrar mi nombre entre otros que ya forman parte del día a día literario.
Tengo que presumir un poco, que es el momento.

Si alguno está interesado... ¡están a la venta!



DE NUEVO ENERO

Después, cuando fui a la cocina a hacer la cena, todo era frío y oscuridad.
La olla giraba imparable y yo, inmóvil, no quería ir a apagar la cocina. Si me quedo sentada en este lugar, pienso,  y no me muevo de ahí, puedo imaginar que tú estás en la habitación de al lado. Si me levanto y recorro la casa, entonces seré consciente de tu ausencia y no quiero.
Es muy tarde, mis ojos abiertos escuchan tu respiración.
Iré a buscarte y seremos vaporosos cuerpos que se deslizan en la noche. Nuestros besos harán reír a las estrellas y ellas nos mostrarán el camino a casa.