Traduciendo los sentimientos

martes, 15 de marzo de 2016

NO HUYAS DEL AHORA

Todos los días le parecían iguales, sin embargo, la atmósfera era cambiante, la luna crecía y menguaba cada mes, pero hasta eso le parecía aburrido. Los mismos ciclos, las mismas pautas.
Una mañana se levantó y se vio sola. Su marido había muerto y la casa en la él que creció, fue vendida en pocos días. 
Cada tarde, cuando paseaba con su perro por las calles, sentía que el mapa de su memoria estaba borroso, a veces no sabía en qué calle se encontraba y cuando por fin lograba recuperar el sentido de la orientación, se derrumbaba al pensar que todo había cambiado tan deprisa, que no le había dado tiempo a vivir plenamente con esa persona por la que sentía tanto amor. Por otra parte, el apego hacia aquella casa donde él creció y donde tuvieron muchas vivencias, le impidió, durante días pasar por la calle donde estaba ubicada.
Qué monótono era todo. Todos los días eran iguales, teñidos de gris y carentes de risa. Se preguntaba por qué no vivió cada minuto presente y por qué se empeñó en tachar uno a uno los días del calendario con su mano temblorosa e inconsciente. Se preguntaba qué es lo que la había llevado a vivir pensando en un futuro incierto. Se lamentó de no haber bebido sorbo a sorbo la vida. Sin prisas.
Mientras estaba en estos pensamientos, se dio cuenta de que hacía lo mismo que antes hizo, pensar en que mañana todo sería diferente y mejor pero, mientras tanto, el tiempo inexorable  impulsaba las manecillas de aquel reloj que con estridencia exigía su sitio.
Se levantó decidida y con presteza lo desterró para siempre de su vida. 

Cuentan que desde entonces nunca más volvió a oírse un tic tac que no fuera el de su corazón consciente del ahora. 

miércoles, 9 de marzo de 2016

PRINCIPIO DE TERMODINÁMICA

Tres flores rojas en un ramillete silvestre, completan esta noche tu pequeño altar. Se que puedes sentirme y yo, te siento.  Te recuerdo encaminándote hacia tu habitación, con el sueño al filo de los ojos y la esperanza en el centro de tu corazón. Abominabas la enfermedad y todo lo que tenía que ver con ella, sin embargo,
sentado en tu vieja silla, le dabas vueltas en círculos concéntricos y no podías desprenderte de ella.
Hoy te siento libre, las ataduras quedaron inertes en aquel rincón de la casa que elegiste para despedirte. Lástima no estar a tu lado para preguntarte si sentías cuanto te quiero.

martes, 8 de marzo de 2016

AL ANOCHECER

Me pregunto qué es el espacio cuando por la noche recuesto mi cabeza sobre la almohada doblada. Mientras nuestra canción suena el espacio es infinito y puedo viajar por él haciendo parada en todas las constelaciones. La luz de las estrellas que ya no existen se entrecruza dibujando un pasadizo secreto por el que ascendemos. Tú, vestido con tus mejores galas, coronas mi cabeza con el anillo más etéreo de Saturno y luego, me abrazas.
Los agujeros negros amenazan con devorarnos pero tú, haciendo acopio de tu templanza, logras encontrar de nuevo, el camino hacia la luz.
Cuando los párpados pesan y el libro cae de mis manos, busco a tientas el interruptor y ya a oscuras, me doy cuenta de que una estrella despistada reposa sobre mi frente, conserva la impresión de tu rostro y por eso la toco, consciente de que tú también me has acariciado.