Llueve. Hace mucho que no llovía. Las luces del árbol de Navidad titilan entusiasmadas en sus cinco modalidades. La estufa es la reina de la tarde. Tú pones la música y yo el movimiento.
Estás aquí.
Fuera no se escucha nada. El campo se regocija y celebra su Navidad bebiendo del agua que le regala el cielo, bebe, se embriaga y la atesora en lo más recóndito para que no le falte los próximos días.
Como yo, de tu boca.
En estos días no miraré las hojas del calendario, tal vez así el tiempo se detenga y puedan las raíces recoger la vida contenida en cada gota. Tal vez así, los frutos de nuestras bocas florezcan antes de primavera.
Estás aquí.
Fuera no se escucha nada. El campo se regocija y celebra su Navidad bebiendo del agua que le regala el cielo, bebe, se embriaga y la atesora en lo más recóndito para que no le falte los próximos días.
Como yo, de tu boca.
En estos días no miraré las hojas del calendario, tal vez así el tiempo se detenga y puedan las raíces recoger la vida contenida en cada gota. Tal vez así, los frutos de nuestras bocas florezcan antes de primavera.
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