Traduciendo los sentimientos

lunes, 11 de noviembre de 2013

SILENCIOSA CONTAMINACIÓN ACÚSTICA


Fuera se escuchan las instrucciones de la profesora de Inglés que se empeña en que sus alumnos pronuncien correctamente. Aquí dentro solo se escucha el sonido de mis dedos sobre el teclado y el tic tac de mi corazón. Si los pensamientos fueran sonoros, habría muchísimos más ruidos. Tal vez hasta se acercarían para preguntarme qué es lo que está sucediendo aquí dentro, no aquí dentro de mi, que es una pregunta difícil de hacer, aquí dentro en el lugar físico en el que me hallo. Jamás podrían sospechar que tantos pensamientos pudieran caber en una cabeza..
Si pudieran emitir sonidos y si yo eligiera la música, las melodías más relajantes se verían interrumpidas por otras metálicas y estridentes. Por entre los vocablos en lengua inglesa y  los sonidos de las teclas del ordenador, prevalecen los ruidos que emiten mis pensamientos y que solo yo, menos mal, escucho.
Ni bueno, ni malo, sino todo lo contrario, como diría Aute.

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