Traduciendo los sentimientos

domingo, 14 de diciembre de 2014

PAZ Y AMOR

Aunque las flores no suelo ponérmelas en la boca. Aunque no haya césped sobre el que recostarme. Aunque no llevo un símbolo colgado al cuello, ni visto camisetas de colores degradados y letras con mensaje. Aunque a veces no la practico tanto como quisiera, os deseo a vosotros la PAZ, esa de la que estamos desprovistos en el día a día. La PAZ del corazón, del discurrir de las cosas cotidianas, la PAZ que se ve de lejos cuando de verdad es sentida. La que rezuma por la piel y la que se siente sin reivindicaciones de pechos desnudos. La PAZ con mayúsculas, no porque sea Navidad, que aún no es. Simplemente porque todo con PAZ es más bello y se respira con otro talante, un talante que contagia.
Da PAZ, vive PAZ.

Luego sonó al teléfono, y la PAZ brotó de su voz.

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