Traduciendo los sentimientos

domingo, 13 de noviembre de 2016

LA SEMILLA DEL AMOR

Quizá en sus sonrisa de la mañana algunas personas podían adivinar que algo bueno sucedía en sus vidas. Lo que nadie podía ver era que en su interior, unas raíces fuertes y poderosas crecían desde hacía años, raíces que se encontraban y jugaban a entrelazarse.
Faltaba poco para que el potente tronco emergiera, sosteniendo a una majestuosa copa de follaje frondoso con hojas de un verde inimitable.  Allí, en lo más alto, desde donde podrían divisar el cielo, el mar y la tierra, se tumbarían cada tarde sin miedo a que nada ni nadie pudiera sacudir los cimientos de su casa construida a base de amor y paciencia.

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