Tu cuerpo reposando sobre el mío ha jugado a encontrar la piel no descubierta y el mío ávido de tus caricias te ha mostrado el camino con pistas sonoras y de movimiento.
La dulzura y la pasión se han adueñado de la mañana y el sol perdiendo la timidez se ha hecho fuerte en el firmamento, dejando destellos como luciérnagas juguetonas y vibrantes sobre las sábanas almizcladas que presiden nuestro encuentro.
Me he mirado en tus ojos que miraban los míos y nos hemos perdido juntos en la profundidad del paisaje, una extensa carretera que se deshace entre bruma y flores cada vez que pienso en ti, cada vez que me siento viva en tu pensamiento.
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