Traduciendo los sentimientos
viernes, 10 de agosto de 2012
COMO LAS AVES
Es la primera vez que me siento en el suelo de esta casa. Es agradable sentir en esta noche calurosa, el frescor de las losas en las piernas.
Antes, mucho tiempo atrás, me sentaba a menudo, para jugar con vosotros, mis niños, a los que tanto tiempo dedica mi pensamiento que vaga, sobrevuela y os acaricia. Contempla vuestro rostro y acompaña vuestro caminar.
Como las aves, quiero dejaros volar y como lo que soy, quiero estar presente en cada despegue.
No hacen falta las palabras para estar cerca porque el hilo conductor que se gestó entre nosotros está intacto aunque dijeran que lo habían cortado.
Llega una noche más y puedo sentir vuestro calor y escuchar vuestras risas, participar de vuestras discusiones y sentirme niña con vuestros juegos. Puedo unirme a vuestras ganas imperiosas de vivir y al deseo de que todo este convulso mundo, deje de zarandearos. Ojalá lleguen pronto vientos aliados que os permitan desplegar vuestras alas y planear en un cielo más limpio.
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