Traduciendo los sentimientos

miércoles, 1 de agosto de 2012

TODAS SOY

A veces me veo infinitamente pequeña, pero así, literalmente, nada del alma, todo del cuerpo.
De pronto y sin saber porqué mis brazos parecen no alcanzar a abrir las puertas de los armarios y trabajando sobre la encimera de la cocina parezco un pequeño ratón de patitas inválidas, torpe y atolondrada. Una especie de duende del bosque en un entorno nada apropiado para el camuflaje.
A veces me veo alta y estilizada y aunque en mi casa no abundan los espejos, me siento muy bien en mi movimiento sinuoso, con mis zapatos que elevan mis gemelos y el vestido blanco y vaporoso. Estiro los brazos con premura y soy capaz de abrir los altillos sin coger impulso para dar un salto. Abarco con mis manos mil y un utensilio y desempeño todas las tareas como si de una azafata adiestrada se tratase, con soltura en el gesto y en las extremidades.
A veces me veo justo como soy, de mediana estatura, de pies japoneses y manos de primera comunión, de ojos ávidos y sonrisa perenne. De cabello castaño con un número de rizos directamente proporcional a la temperatura y la humedad del ambiente.
A veces no me veo, ni mucho ni poco porque sólo atiendo al sentimiento y cuando esto ocurre, el cuerpo desaparece y vaga por la casa el alma desnuda.
En estos días no te quiero ni más ni menos que los anteriores, pero te quiero distinto, desde muy adentro.
 Desde el entramado y profundo laberinto de mi cerebro y al abrigo de todas mis cavidades, me vacío de mi para quererte.

2 comentarios:

escuchando palabras dijo...

lindisima entrada...cuanto amor!!! besos

cora dijo...

Gracias por tus palabras que me animan a seguir dejando pensamientos y sensaciones. Que seas afortunada.