Traduciendo los sentimientos

domingo, 30 de septiembre de 2012

DE NUEVO LA LLUVIA

Caía con fuerza sobre los árboles del patio, el día gris e inquieto no me hizo presagiar lo que sucedería. Tal vez fuera porque celebraba un cumpleaños especial o porque su piel había dormido junto a la mía. Tal vez fuera el color intrínseco del viernes o la sensación que produce saber que nunca estás sola.
Las horas transcurrieron y la lluvia azotaba sin descanso. La serenidad dio paso a la expectación al ver personas nerviosas, sin embargo, mis pasos eran firmes y mi voz no permutó en ningún momento, llegando a sonar tranquilizadora a las dos y cuarto. Saldrá el sol y nos acompañará en el camino de vuelta.

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