Traduciendo los sentimientos

sábado, 15 de diciembre de 2012

UN PLAN PARA VIVIR

Tengo un plan de plastilina, porque en los tiempos que corren, planes de otro material no se pueden hacer. El papel del dinero es casi inaccesible y de color desvaído.
Tengo un plan, de plastilina en la forma pero sólido en el fondo. Podrán las circunstancias doblarlo y hasta quebrarlo si ponen tanto empeño, pero ahí está la magia de mi plan, siempre podré reconstruirlo, convirtiéndose, con los obstáculos, en uno más sólido y desinteresado.
Aprenderé las fórmulas para hacerlo resistente. Pensaré en la forma de mantener su valor, y mientras duermo soñaré en la manera de que ningún "lobo" venga, con sus soplidos, a probar su estabilidad.
Tengo un plan de plastilina que me hace vivir cada día porque lejos de ser rígido se adapta a la necesidad de las horas.
Es mi plan. Me gusta su color y su estilo. Tiene carisma y tiene título. No es un plan a fondo perdido y lo podré rescatar cuando quiera. Mi plan está muy vivo y lleno de sueños. Lo cuido con esmero y lo alimento cada día. Se llama amor y puede tener todas las formas que yo quiero, que para eso lo moldeo cada día.

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