Traduciendo los sentimientos

domingo, 23 de marzo de 2014

SIEMPRE ACOMPAÑADA


Dijo que era para que no me quedara sola, para que tuviera a alguien que me acompañara hasta su vuelta. Le buscó el mejor sitio en la casa y le dijo unas palabras en voz baja. Después nos abrazamos durante un minuto eterno.
Cuando aún no había desaparecido el  último rayo de sol en el horizonte, el grillo comenzó a frotar enérgicamente sus alas y su melodía llenó todos los lugares de la estancia. Salí con sigilo pensando que mis pasos podrían hacerle desistir de su canto, pero lejos de eso, el grillo emitió el sonido más dulce que jamás escuchara, con acordes de balada y voz de roquero meloso. Aquella música llevaba implícita la letra que le dictaste, esa letra con la que compones en mi oído mil y una historias apasionantes.
Pronto estarás aquí y entonces, el grillo escribirá en la hoja mas elevada del jardín: Please do not disturb.
¡No sabe ese grillito cantarín que nosotros haremos lo mismo! 

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