Traduciendo los sentimientos

martes, 8 de abril de 2014

NI UNA MUSA


Dónde han ido las musas esta tarde no lo sé pero es claro que aquí no se encuentran.
Me he levantado de la silla y he buscado entre las flores, que es un lugar apropiado para que jueguen y retocen, pero solo quedaba un rastro de esencia almizclada. A cambio he encontrado un sinfín de semillas pequeñísimas, de un negro que azulea, esparcidas por el suelo y una legión de pequeños pulgones hacían sus maniobras escalando un rosal. Ni espinas ni nudos los han detenido
Me he sentado de nuevo y la música más inspiradora ha esparcido sus notas por la estancia, una y otra melodía se han ido sucediendo y yo, impertérrita, con mis ojos clavados el horizonte, allí donde se funde la roca con el cielo.
Al final, solo dos frases he podido hilar en mi cerebro y las dos hacían referencia a tu persona.Ahora mismo
ni siquiera puedo recordarlas con nitidez pero se que venían a decir algo así como:
Ven y aparta con tu risa la espuma que nubla mis pensamientos. 

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