Traduciendo los sentimientos

lunes, 11 de agosto de 2014

PENSAR

Uno nunca sabe si lo que piensa es genuino, auténtico y original o solo es la prolongación del pensamiento de los demás.
Subí las escaleras y escuché su respiración. Quise ver su rostro y mirar sus ojos para ver qué pensaba. Seguramente solo querría comer, era la hora, sin embargo, en mi cabeza revolotearon miles de pensamientos, unos más coherentes que otros. Luego se hizo el silencio y dejé de pensar porque los pensamientos no hacen ruido pero a veces, rompen la paz.
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