Traduciendo los sentimientos

martes, 10 de enero de 2012

CORAZÓN DE DOMINGO

No hacia falta abrir los ojos al amanecer para sentir el latir del corazón de domingo: antipático, solemne, reiterativo, monótono, silencioso...
¿El corazón o el domingo?
Los dos a una.
Lo peor, el tic tac del reloj que se ha despertado a  la vez que yo y estará todo el día presente buscando su protagonismo.
Déjame dormir un poco más que es temprano, no me vengas dando la lata con tus manecillas ruidosas, silencia la carrera del segundero y quédate tras de la puerta y no entres que aún no ha amanecido y quiero pensar que todavía el sábado durará la eternidad.

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