Traduciendo los sentimientos

martes, 5 de junio de 2012

EL CONCIERTO DE LA REINA (The Queen’s Diamond Jubilee)

Una tarde más con mi amiga, la radio. No me gusta la televisión, bueno, para no mentir la pongo cuando aparece una de esas tardes tontas en la que los minutos se eternizan, entonces la pongo, la tele, para ver imágenes en movimiento, aunque lo suelen decir no tiene nada que ver con lo que a mi me preocupa,me inquieta, me pone nerviosa, me hace feliz o me incita a bailar. Lo que se cuece en la televisión y lo que se cuece en mi cerebro no son, la mayoría de las veces, compatibles.

Hoy, es buena señal, la radio suena. No me acordaba de que estos días anunciaron a bombo y platillo el concierto en honor a la reina británica.
Gary Barlow ha compuesto un himno para celebrar este evento, el tema "Sing" ha sido grabado por doscientas personas de todos los países de la Commonwealth.
Doce mil personas completaban el aforo, diez mil de las cuales habían conseguido su entrada en un sorteo ¡Bonito gesto!

Shirley Bassey, Jessie J. JLS. Elton John, Tom Jones, Annie Lennox, Paul McCartney, Kylie Minogue, Cliff Richard, Madness, Roby Williams...y alguno más que habré olvidado.

Una gozada de concierto. No tengo nada en contra de la música actual, que cada cosa tiene su tiempo y su época pero desde luego, las voces, los instrumentos, las melodías, la pulcritud en el trabajo, el dinamismo, los cambios de registro... ¡Genial!
No he podido ver a las personas, lógicamente, pero estamos hablando de una capacidad de renovación y un derroche de energía en personas que si no hago mal las cuentas han superado, en la mayoría de los casos, la edad de la jubilación.
Ahora mismo anuncian a Sir Paul McCartney que cierra el concierto pidiendo calma y orden a la salida y entona, con su guitarra a cuestas  y junto a todos los artistas participantes, la emblemática canción  Obladi Oblada.
Nunca he sido yo una mujer de lujos y ostentosidades pero para ser sincera esta noche me hubiera gustado ser la Reina de Inglaterra pero... con meno años... de reinado. Mientras digo esto hago un guiño a la vida y sonrío, porque como siempre digo: aún queda la música y Cold Play que no ha podido estar, suena en palacio, y su famosa canción "Viva la vida" me llega desde ese lugar e inunda con sus notas de esperanza la habitación en la que me encuentro. La calle está en silencio y la lámpara solo ilumina el rincón en el que me hallo, sin embargo, puedo ver como cientos de guirnaldas de flores bajan desde el cielo, a medida que caen van dejando un perfume a azahar y jazmín y unas gotas de rocío llegan hasta mi rostro ¿o son lágrimas? es imposible no estremecerse con tanta música bella, imposible no girar,  difícil mantenerse los pies en el suelo y no elevarse y perderse entre las notas.

Un apunte para terminar. Nunca pensé que la canción Delilah de Tom Jones relatara una historia truculenta, de violencia de género. Es curioso como la música y el desconocimiento del lenguaje hacen trabajar la imaginación de tal modo que cuando escuchas estas cosas, dices: eso no puede estar referido a la Delilah que yo conozco, será otra...

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