Caminábamos bajo el sol de la tarde de mayo. Nos sentamos en un banco
del parque. En el tuyo había niños, en el mío flores pero en ambos estábamos los
dos.
Tu risa, es sincera, clara como la de un niño y me transportas a tu
lado. Mi voz habla de flores que plantaré en nuestra casa
. Te quiero traer todo el color y todo el aroma de la
tarde de la primavera, mientras tu me llenas de risas y de burbujas de jabón
que resbalan por mis manos.
No quiero caminar si me falta tu mano. No quiero escuchar en la tarde
de domingo como tu voz se aleja de mi oído, aunque se quede en mi oído.
Caminábamos en la tarde de mayo, buscándonos en la palabra y en el beso
, encontrándonos en la risa y la caricia.
Has extendido tu mano y he dejado reposar mi cabeza sobre tu hombro.
Es tarde. Mientras los ojos saludan a la noche con un ligero pestañeo,
te leeré un cuento que no hable del amor de otros. Te leeré este cuento que
habla de nuestro amor.
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