Traduciendo los sentimientos

jueves, 17 de octubre de 2013

17 DE OCTUBRE

Qué pena que lo que haya que celebrar hoy sea el día de la erradicación de la pobreza. Qué pena no desterrar ese día del calendario, del tirón, arrancarlo sin piedad, alegremente, romperlo en pedazos y echarlos a volar.
Qué pena que esos vándalos que roban de día y a cara descubierta no sientan, aunque solo sea un poco, las necesidades de esos otros que hace muchos, muchos años venimos viendo, día si y día también cargaditos de moscas en sus lagrimales.
Las noticias, nada halagüeñas, lejos de igualar la cesta de la compra, la distancia, por cada minuto que pasa, un poco más.
Antes era África, sus guerras internas y su nomadismo perpetúo la que nos acompañaba a los postres y mientras en la cucharilla se derretía el helado, sus vidas se abrasaba en un mar de tierra estéril.
Ahora, África y sus campamentos interminables interesan poco porque más cerca, mucho más cerca, al lado de nuestra casa, habiendo grandes superficies donde se tira el excedente para no abaratar, las moscas también se ceban en los que forzosamente están detenidos.

De la picaresca ya hablamos otro día, que ya se que habrá quien lo esté pensando por anticipado.
Hoy toca erradicar, no la pobreza, que no debería existir, es tiempo de erradicar a quien la propicia en pro de sus intereses.


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