Traduciendo los sentimientos

lunes, 24 de enero de 2011

Es lunes...

...claro que es lunes ¿y qué? Dicen que los lunes cuesta más... pero a mi lo que me cuesta hoy es teclear, pero no porque tenga las manos frías, que también, me cuesta porque estoy obtusa hoy, de esos días que se te quedan atrapadas en el pensamiento las ideas, de esos que tienes muchas cosas por decir pero nadie tiene tiempo suficiente para escuchar, de esos en los que te sientas para coordinar todo lo que llevas dentro y al final todo se concluye en una sola frase y las demás palabras luchan por arrebatarle el sitio, por combinarse de otro modo, para decir algo más, para tomar protagonismo, para expresar cosas que a los sentidos básicos se le escapan, pero... si a los sentidos básicos se le escapan ¿de dónde salen entonces? ¿en qué espejo se han mirado?
Es difícil expresar, con una buena frase, un sonido, muy difícil explicar lo que se aprecia degustando, tanto, que hay que recurrir a las consabidas comparaciones, más aún lo es describir un olor, para aproximarse y que nos entiendan hay que tirar de recuerdos... si hablamos de las sensaciones táctiles, uf, mejor no hablar... entonces, cómo expresar algo que no se percibe con ninguno de ellos, algo que está compuesto por sensaciones interiores, que se percibe a través de la piel como si te miraras hacia dentro, como si los oídos se hubiesen vuelto del revés, como si palpases los recovecos del alma, como si experimentases el sabor y el olor de la esencia que, quizá, tal vez, eres.
Muy difícil y siendo lunes...

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