Traduciendo los sentimientos

jueves, 27 de enero de 2011

Machacando la dignidad

Sale a trabajar por las mañanas, tempranito y con buen humor, el lema que se aplica es: Este día no se va a repetir más.
Buen lema, si señor, tanto me lo parece que lo he adoptado para mí.
Bien arreglado, aunque en esta nueva empresa, que actúa igual que la anterior, no tiene que llevar corbata ni chaqueta. Se dirige a la reunión de primera hora de la mañana, después de oír el repetido discurso alentador, o lo que pretenda ser, va a la calle, no por pasear, no, va a patear las calles, literalmente. Visita un bloque, luego otro, después otro y los va tachando de su plano de referencia y de su plano mental. No siempre los barrios a los que va son " normales"en muchos de los casos, empiezo a pensar que, en la mayoría, va a barrios en los que hay que llevar el ojo en la espalda.
A mediodía se impone comer fuera, no se puede perder el tiempo, hay que reunirse de nuevo, para ver que se ha hecho, cuantos bloques se han tachado del plano, reorganizar la ruta, en fin, una comida distendida donde las haya porque a veces incluso discurre en los coches, hay que ahorrar, llevarse la tartera, el bocata de tortilla o lo que caiga que luego ya en casa cenará las verduras o el pescado que faltó en la comida.
Sobre las nueve de la noche aparece, abre la puerta y muchas veces. lleva el lema tan grabado en su mente, que entra sonriendo como cuando se fue.
Se ducha y devora la cena mientras cuenta las anécdotas del día.
Balance general:
Ingresos
Con suerte, un contrato realizado después de trece horas pateando las calles y subiendo escaleras, visitando algunas casas donde si se descuida le roban el euro para el café... eso supone a lo más, sesenta euros, si es que al final no se cae el contrato.
Gastos
El de la gasolina para desplazarse.
El de las suelas de los zapatos.
El de la comida de mediodía cuando no lleva su tupper o bocata.
Decepciones
Él y sólo él tiene que responsabilizarse de su trabajo porque su jefe, que lo es para cobrar las comisiones y vivir a costa de engañar a él y a otros, no lo es para darle de alta en la Seguridad Social porque le vendió la ilusión de que es su propio jefe, así que mientras hace o no clientela, nadie cotiza en la seguridad social por él, ni siquiera él.
Conclusión
Es admirable su resistencia ante las adversidades.
Reflexiones finales
¿Quién y cuándo va a poner freno a esta precariedad laboral y a los abusos de las personas que en nombre de la crisis machacan la dignidad de las personas?
¿A qué edad se tendrá que jubilar para poder cobrar una pensión que le permita comer?
¿Importa la edad a la que se vaya de la política un buen o un mal político para asegurarse una pensión vivir como un magnate? ¿Hay algún sindicato o político de la oposición que haya propuesto un plan para denunciar tamaño despropósito?

No hay comentarios: