Traduciendo los sentimientos

viernes, 20 de abril de 2012

PURA ENERGÍA

Estás dormido y aunque no lo recuerdes luego, sueñas. Tus pies se desplazan por la sábana que para ti se ha convertido en un gran campo de césped. Intentas correr hacia la portería contraria y lanzar tu bota con fuerza para que el balón supere todas las barreras.Ves que eres pequeño comparado con el resto de los jugadores. Tus delgaditas piernas quieren a fuerza de energía, igualar la potencia de los que ya han cumplido los veinte.
Eres pequeño y vital y tu cuerpo se mueve excitado. El viento agita tu pelo y las ganas de triunfar en esta tarde de domingo te hacen sonreír ampliamente. Aunque miras a todos lados no ves a nadie porque la música que marca el tiempo de descanso, te envuelve y te seduce tanto, que danzas interiormente con la canción que suena, en ella hay un giro inesperado y la melodía se convierte en un torbellino arrollador.
Tu corazón excitado quiere que la tarde se eternice, para no ir mañana al colegio, para jugar hasta la extenuación, para ver como el portero del equipo contrario se lanza inútilmente a la escuadra derecha engañado por tu pie que, ágil como tu mente, ha lanzado el balón a la esquina contraria. Lo has engañado, a él, que es titular y famoso. Es un gol brillante y se acercan para celebrarlo contigo, tienes que mirar hacia arriba para poder ver sus rostros, chocas con sus cuerpos que al lado del tuyo son inmensos. Estás jugando con los grandes y disfrutan al ver que eres un chico travieso, hábil e inteligente. Te elevan por el aire y excitado y feliz, pasas de unos brazos a otros.
Das un salto en la cama y abres los ojos risueño.

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