Traduciendo los sentimientos

jueves, 4 de abril de 2013

INTERMEDIO

Había una mirada en tus ojos de... súplica...¡esa es la palabra!
Creo que buscabas en los míos una respuesta, una pista para saber qué hacer.
Tú que crees que tengo la llave de la felicidad, querías quizá tomarla entre tus manos por un momento y abrir esa puerta que ves ahora cerrada.
Te diré pequeña amiga que no hay secretos, ni llaves que con su brillo puedan destruir los muros que a veces  obstaculizan nuestro avance. Te diré desde la experiencia que me dan los años y no otra cosa, que nada es blanco, ni negro, que todo está envuelto en color y que son tus ojos, los de hoy, los que arrojaron esas dos palabras porque así lo ves ahora.
Déjate cautivar por la luz y sumérgete en la profundidad de tu corazón, detente un rato a escucharlo. Olvídate por un momento de los otros, olvídate también de él y piensa solo en qué no quieres en tu vida, luego, hazte amiga de la paciencia y camina.
La respuesta vendrá sola. Estará bien que te pongas tus mejores galas para recibirla.

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