Traduciendo los sentimientos

jueves, 25 de abril de 2013

MÚSICA PARA VIVIR

Desde muy temprano, tal vez no había abierto los ojos aún, sonrió pensando que era viernes. Se dio cuenta de su error cuando en la cocina, mientras desayunaba, miró el calendario.
Se le atravesó un trozo de nuez en la garganta, del mismo modo que en el cerebro quedó atravesada su sonrisa.
No era un drama, claro. Para muchas personas, incluso para ella, normalmente no era un drama que fuese jueves en lugar de viernes, pero hoy si, hoy lo era.
Quizá porque contaba las horas impaciente. Quizá porque estaba cansada de repetir y repetirse una y otra vez las mismas frases sobre lo que se debe y lo que no se debe hacer y, siendo jueves, seguro que le tocaba hacerlo una vez más.
La música sería un buen antídoto para ese picotazo venenoso que acababa de darle la realidad.
Así fue como encontró la voz dulce de Janet Klein que la transportó a otra época y la hizo olvidarse del tiempo, aunque no de sus emociones.
A ritmo de ukelele revoloteó por la casa y cuando quiso darse cuenta, el amanecer estaba entrando por su ventana.
Qué pronto ha llegado el viernes, pensó y luego, de inmediato, pasó a reírse de sus desvaríos.

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