Traduciendo los sentimientos

lunes, 22 de abril de 2013

SABOR A MAR


Un golpe de aire seco mezcló la harina con la brisa de primavera. Sor Catalina que apenas veía, retiró sus lentes y dejó caer unas lágrimas sobre la masa del bizcocho. No quería defraudar a las Hermanas, que esperaban el momento de deleitarse con sus pasteles, de los que decían que evocaban un paisaje marino.
La primera vez lloró de verdad cuando sintió la soledad como un látigo cruel sobre sus famélicos huesos.

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