Como la piel entretejida por tus besos ocupé la silla de diario.
Las notas de un piano no ahogan
el silencio, pero lo mitigan. Escucho tu corazón, duermes y yo, despierta, escucho mi cuerpo que marca una hora diferente de la que dicta el reloj. Estrecho con el pensamiento la distancia y me acuesto a tu lado, me acoplo en el hueco en el que me acoges y cierro los ojos.
Extiendes tu brazo rodeando mi cintura, me arrimo un poco más a ti y me besas, dormido, me besas.
Te quiero, susurro, y crees que lo sueñas.
Las notas de un piano no ahogan
el silencio, pero lo mitigan. Escucho tu corazón, duermes y yo, despierta, escucho mi cuerpo que marca una hora diferente de la que dicta el reloj. Estrecho con el pensamiento la distancia y me acuesto a tu lado, me acoplo en el hueco en el que me acoges y cierro los ojos.
Extiendes tu brazo rodeando mi cintura, me arrimo un poco más a ti y me besas, dormido, me besas.
Te quiero, susurro, y crees que lo sueñas.
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