Traduciendo los sentimientos

lunes, 23 de septiembre de 2013

LA NOCHE QUE ME QUIERES

Vinieron los escarabajos al no escucharnos hablar y me encontraron sentada en tu silla, trazando líneas de colores.
Se pararon delante de mis pies,  parecían, al igual que yo, no querer moverse hasta que tu no vinieras.
Los miré detenidamente y los encontré más lentos que de costumbre y pensé que tal vez su ciclo se termina y sin querer, una lágrima resbaló por mi rostro porque, pensé, hay segundos tan eternos y en cambio años que se esfuman tan rápidamente que quise vivir intensamente cada fracción de vida a tu lado y no estabas para decírtelo.
Es tarde. Tengo sueño. Me acostaré en tu lado de la cama y aspiraré el aroma de tu piel en la funda de algodón, suave y cálida. Cuando me esté quedando dormida vendrá tu boca y tu abrazo a acunar mi sueño. Hoy, hasta los escarabajos saben que es esta otra noche que me quieres.

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