Traduciendo los sentimientos

domingo, 12 de abril de 2015

PAJARILLO SILVESTRE





Nunca me dijo que me esperaría infinitamente apostado en caminos áridos y espinosos. Nunca me dijo que dejaría de comer o beber por mi. Nunca me dijo que yo sería su único abrigo. Nunca me lo dijo porque no quería verme enjaulada entre los barrotes de sus anhelos.





Tu mirada expresaba la inquietud de tus pensamientos insondables.
No adivinas que yo lo se porque mi corazón se alimenta de lo que perciben mis sentidos.
No te vayas todavía. Un segundo es una eternidad en el lenguaje de los besos, te dije y apuré la copa con la que brindamos ayer.



Soñaba que era etérea cuando abrí los ojos y, desde las alturas me contemplé dormida, acurrucada en tus brazos.
Ven, te susurré al oído, mientras con mis manos acariciaba tu pelo.
En medio del universo, seguimos bailando la impredecible melodía de la vida.

No hay comentarios: