Traduciendo los sentimientos
martes, 25 de octubre de 2011
UNA ODA A LA ESPERANZA
Hoy ya no es ayer y han ocurrido cosas que convierten el día en uno bien diferente al anterior pero lejos de entristecerme voy a cantar una oda a la esperanza para que el pijama azul hospitalario se transforme en el de cuadros de franela, para que la luz fluorescente sobre tu cabeza pase a ser de nuevo la lamparita de luz amarilla apenas cubierta con el pañuelo gris con rayas burdeos, para que las sábanas de recio algodón una y mil veces lavadas se cambien en pocos días por las tuyas de algodón suave y perfumado, para que los pasillos blancos recuperen el color del azulejo en el zócalo, para que el sonido de los pasos que se acercan desaparezcan dejándote escuchar la música compuesta por tus aves, para que la comida vuelva a servirse a las dos alrededor de una mesa redonda de mantel casero, para que vuelvas a tu casa restablecido y feliz. Para que nada perturbe tu sueño esta noche, entono esta oda a la esperanza y mientras cierras los ojos, te beso.
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