Traduciendo los sentimientos

martes, 27 de noviembre de 2012

MÚSICA PARA VIVIR

Está limpiando y canta.
Siempre canta. La he visto mover los labios mientras camina por la calle.
¿Habla sola?
No, no. Canta
¿Y cómo lo sabes?
Creo que no es consciente pero su cabeza se mueve un poco, como si llevara el ritmo.
Tú ves cosas donde no las hay.
Estoy segura de que canta. Mientras riega las flores tarareara, se oye desde mi patio, a veces, interrumpe el canto y habla.
¿Habla?
Si, creía que hablaba sola, pero no, habla con los pájaros.
¿Y eso no es hablar sola? ¿Es que los pájaros la entienden o le responden?
Responderle no, pero vienen y van y se alborotan y se asoman. Creo que si.
¿Qué crees?
Que la entienden, eso creo.
Mírala, por ahí va. ¿Ves como mueve los labios? ¿Ves como su cabeza se mueve?
Pero es temprano para cantar. Sólo son las cinco y diez.
Si, a ella le da igual la hora. Canta y sonríe. Siempre lleva puestos esos auriculares.
Claro, porque ahí llevará la música, si no, de qué iba esa a saber tantas canciones.




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