Tú, mamá, con tus ojos soñadores de sonrisa eterna, nos miras. Insegura, como eres, no sabes si quieres un refresco o prefieres agua, te da igual dices siempre.
Yo no quiero que me de igual. Quiero expresarme y decir qué quiero en cada momento.
Ahora quiero decir que estoy pensando que el tiempo pasa imparable y no hay retroceso. Quiero mirar a mis hermanos y perderme en sus ojos para recuperar la infancia a la sombra de los eucaliptos.
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